La Junta solicita informes adicionales sobre el posible impacto ambiental de un chiringuito en la algecireña playa de Getares
La Delegación Territorial de Medio Ambiente pone manos de otros organismos, como el Servicio de Gestión del Medio Natural y el Parque Natural del Estrecho, la valoración de si este servicio de hostelería afectaría al entorno protegido de la desembocadura del río Pícaro
Las cinco razones que alegan los ecologistas contra la construcción de un chiringuito en la playa de Getares, en Algeciras
Algeciras/La Junta de Andalucía ha solicitado informes adicionales sobre el posible impacto ambiental de la instalación de un chiringuito en la playa de Getares, en Algeciras. De esta manera, la Delegación Territorial de Medio Ambiente pone manos de otros organismos, como el Servicio de Gestión del Medio Natural y el Parque Natural del Estrecho, la valoración de si este servicio de hostelería -abierto solo durante la temporada de verano- afectaría al entorno protegido de la desembocadura del río Pícaro.
El pasado 16 de septiembre, dicha Delegación Territorial recibió las alegaciones de Verdemar Ecologistas en Acción (a las que después se unieron las de Agaden) sobre la autorización para ocupar terrenos públicos en Getares entre 2024 y 2027. Este permiso fue emitido el 20 de mayo de 2024 y se refiere a la instalación de servicios de temporada, como chiringuitos, por parte del Ayuntamiento de Algeciras.
La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente basa su respuesta enviada a Verdemar, y a la que ha tenido acceso Europa Sur, en varias leyes relacionadas con la protección del litoral y la gestión del dominio público, como la Ley de Costas de 1988 y otras normativas que regulan el uso sostenible de las playas. Según este escrito, el Ayuntamiento algecireño presentó un proyecto conforme a las normativas vigentes para la explotación de los servicios de temporada en las playas. Entre los documentos incluidos están unas "tablas de ocupación" que detallan las instalaciones que se podrían colocar en la playa, incluyendo el chiringuito mencionado en las alegaciones de Verdemar.
Aunque el chiringuito que menciona Verdemar aparece en los planos y tablas presentados por el Ayuntamiento, aclara la Consejería que no forma parte del permiso de explotación temporal que se está tramitando. Este chiringuito cuenta con otro tipo de autorización, llamada concesión demanial, que fue otorgada en 2013 y renovada en 2023 para seguir operando en la playa de Getares. Conclusión: aclara la Junta que el chiringuito que ha puesto en alarma a los principales grupos ecologistas del Campo de Gibraltar ya cuenta con un permiso independiente y no está directamente relacionado con el proceso de autorización de servicios temporales que se está evaluando actualmente.
No obstante, el Gobierno autonómico ha pedido informes a otros organismos, como el Servicio de Gestión del Medio Natural y el Parque Natural del Estrecho, para determinar si los servicios de temporada afectan a la playa y sus especies protegidas.
Añaden en su respuesta que el Ayuntamiento de Algeciras había renunciado a un segundo chiringuito que se iba a instalar junto al río Pícaro, pero solicitó una prórroga para el único chiringuito que se instalaría en la playa, situado frente a la zona de Los Camarotes. La prórroga se concedió por cinco años a partir de abril de 2023. Y concluyen que las alegaciones de Verdemar han sido enviadas al Ayuntamiento de Algeciras para que las tenga en cuenta.
En la documentación presentada por el Consistorio a la Junta se precisaba que este chiringuito se instalará a escasos metros de la desembocadura del río Pícaro, al cabo de una de las dos nuevas pasarelas de madera construidas por el Consistorio y que conectan la playa con un amplio aparcamiento. La construcción del establecimiento es controvertida porque ese tramo de Getares, entre la urbanización Los Camarotes y el Pícaro, es una zona afectada por diversas figuras de protección ambiental.
Los cinco principales motivos de la oposición de los ecologistas son:
- Impacto medioambiental y legalidad. Agaden centra sus alegaciones en la ilegalidad de este proyecto, que vulnera varias normativas de protección ambiental. Según Agaden, la Ley de Costas solo permite la ocupación del dominio público marítimo-terrestre en casos donde la actividad no pueda llevarse a cabo en otro lugar. Un chiringuito, argumentan, podría ubicarse en terrenos colindantes al paseo marítimo sin necesidad de invadir áreas protegidas. Además, el proyecto no ha pasado por una evaluación de impacto ambiental, a pesar de que la Red Natura 2000 exige estudios rigurosos en estas zonas. La playa de Getares y la desembocadura del río Pícaro constituyen un hábitat valioso para especies protegidas, y cualquier degradación podría tener consecuencias irreversibles para la biodiversidad.
- Riesgo de contaminación y presión humana. El aumento de la presión humana en la zona debido al chiringuito supondría un peligro adicional para el entorno. La desembocadura del río Pícaro ya sufre problemas de contaminación y la instalación de un chiringuito agravaría esta situación. La mayor generación de residuos pondría en riesgo tanto la calidad ambiental como la salud pública.
- Un precedente peligroso. Agaden también alerta de que autorizar este chiringuito podría sentar un precedente peligroso para futuras ocupaciones en otras zonas protegidas de Algeciras. Según el grupo, el Ayuntamiento debería priorizar la conservación de los espacios naturales en lugar de promover su explotación comercial.
- Preservación de especies y hábitats protegidos. Verdemar, por su parte, subraya el alto valor ecológico del área afectada. La desembocadura del río Pícaro y su sistema dunar albergan numerosas especies de aves protegidas y una población estable de nutrias, catalogadas como especies protegidas por la Directiva Hábitats de la Unión Europea y el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Además, la vegetación de ribera en la zona, que actúa como regulador natural y hábitat para muchas especies, corre el riesgo de degradarse.
- Pérdida de biodiversidad en la zona dunar. En las dunas fósiles de Getares existen endemismos y plantas vulnerables, como la Hypochaeris salzmanniana, cuya población ha disminuido en más del 80% debido al desarrollo urbanístico. Verdemar considera que cualquier alteración de este hábitat podría tener consecuencias desastrosas para la flora autóctona.
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