"Al ser humano le puede siempre la curiosidad"

Rafael Carrasco tiene 41 años y es de La Línea. Su profesión es cuanto menos curiosa y muy cinematográfica, pues ejerce como detective privado.

Según explica, su labor profesional la acreditan tres años de estudios universitarios en Salamanca y otros de experiencia. Aunque reside en La Línea, su trabajo le lleva allí donde es reclamado: "Desde siempre me ha gustado mucho la investigación; de hecho, quería ser policía. Sin embargo, como ya era mayor para intentar acceder al cuerpo, me decidí por lo de detective privado, que además me permite ser mi propio jefe".

Rafael asegura que las cosas le van bien, aunque reconoce que también está notando la crisis, pues sus servicios exigen un cierto coste. En cuanto a los servicios, Rafael señala que predominan las peticiones para detectar posibles infidelidades. "Al ser humano le puede la curiosidad", apunta el protagonista, que añade que son más hombres que mujeres los que le contratan para investigar a sus cónyuges.

No obstante, las investigaciones de este detective privado caminan también por otros derroteros muy distintos a estos tan personales.