Poco espacio para familias humildes
El Patio de Soto, construido hacia 1920 en los entonces extrarradios de la selecta zona junto al Reina Cristina, se encuentra en un estado de abandono. El Patio de las Flores es el único ejemplo de unión entre dos calles
Los patios de vecinos surgen para dar cobijo a las familias humildes. Se trataba de solucionar en poco espacio los problemas de acceso a una vivienda a bajo precio como ocurre actualmente con la gran mayoría de los pisos modernos: acoger al mayor número posible de personas en escasos metros. Estas casas-patio se articulan alrededor de un patio central, siendo sus propietarios personas acomodadas.
Los ejemplos que hoy nos ocupan el Patio de Soto y el Patio de las Flores son similares al corral, muy utilizado en la arquitectura barroca andaluza. La vida en el corral giraba en torno al patio, centro geográfico y neurálgico de los vecinos que allí se albergaban. En esos pocos metros cuadrados, se daba satisfacción a las necesidades de albergue a la vez que respuesta a las necesidades sociales y de relación vecinal.
El Patio de Soto, construido a principios del siglo XX, se ubica entre las calles Los Barreros, Conde Niebla y Carteya. Mientras que la clase pudiente se alojaba en las casas construidas alrededor del hotel Reina Cristina, las casas económicas se extendían hacia el exterior de esta nueva zona urbana. Esta casa de vecinos, actualmente en bastante mal estado, está incluida en el catálogo municipal de bienes como grado 3.
Según se recoge en dicho catálogo esta casa patio se construyó hacia 1920, siendo de autor desconocido. A pesar de su mal estado de conservación, sigue teniendo uso residencial. Se trata de un edificio planteado, como dijimos, para viviendas de alquiler, con un patio central y corredores abiertos al mismo. Dispone de galerías sobre pilastras en una de sus fachadas.
Para su construcción se utilizaron muros de carga, elementos de hormigón armado y vigas de acero. Tiene una amplia escalera de ladrillo denominada "a montacaballo". Los elementos ornamentales se limitan al recercado parcial de los huecos. El edificio, de estilo o corriente arquitectónica indefinido, es singular por su peculiar tipología de antigua corrala. A pesar de la obligación de conservación y mantenimiento, su estado es bastante negativo, y así lo denunció recientemente La Trocha, quien insiste en que todo el inmueble tuvo que ser apuntalado para garantizar la seguridad en unas viviendas donde parece ser que habitan dos familias.
Por lo que respecta al Patio de las Flores, ubicado en el número 24 de la calle Tarifa, es el único ejemplo de patio que perfora la manzana para cruzar a una calle paralela. Era una solución para que una propiedad con poca fachada dentro de una gran manzana pudiera ser habitable. Catalogada con la ficha 3.46. Data de la primera mitad del XIX.
De uso residencial, también es una casa tipo corrala de dos plantas con corredores perimetrales. Tiene vigas de madera y cubierta de teja árabe. Elementos ornamentales no tiene y es de estilo barroco popular. Existen pocas construcciones análogas en la ciudad. Su interés es más bien histórico. Ha sufrido varias modificaciones. Se han ocupado las galerías, colocado rejas modernas y actualmente está rodeado de edificaciones modernas, siendo el acceso desde la calle a través de un pasaje en una de ellas.
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