La diversión vive en la ludoteca

La asociación de vecinos del barrio de San Bernardo en La Línea de la Concepción ofrece todas las tardes servicio de ludoteca a los pequeños del lugar para que aprendan mientras se divierte.

El presidente del colectivo, Arturo Valle, explicó que esta iniciativa, que lleva años funcionando, "la pusimos en marcha para dar una alternativa de ocio a los más pequeños porque no hay infraestructuras de ese tipo en la barriada". "Queríamos que tuvieran otra opción que no fuera estar sentados delante del televisor o en la calle", apuntó Valle.

Por eso la asociación de vecinos hace el esfuerzo de mantener la ludoteca, un servicio gratuito para los niños de San Bernardo que está sufragado con los fondos del propio colectivo.

Este recurso funciona de lunes a viernes en horario de cinco a ocho de la tarde gracias a la voluntad de la asociación. La ludoteca cesa su actividad durante los meses de verano y también los días festivos.

Una monitora es la que cada tarde recibe a los pequeños y les ofrece iniciativas y juegos de diversa índole, los cuáles favorecen la sociabilización de los menores mientras estos de divierten y disfrutan de su tiempo libre , desarrollando además sus capacidades. Manualidades, recortables, pintura, juegos de mesa y actividades de fomento de la lectura se dan cita en esta ludoteca, a la que cada tarde acuden unos 25 niños aproximadamente, con edades comprendidas entre 4 y 11 años.

Cualquier menor del barrio está invitado a sumarse a esta iniciativa y de hecho, aunque la ludoteca tiene un número de niños que asiduo, otros van variando en función de los intereses del pequeño o de las necesidades de sus padres.

Además de las labores diarias, también realizan juegos y tareas con motivo de las festividades especiales, como son la Navidad, Halloween, el día internacional contra la violencia sexista, el día de Andalucía, San Valentín y los carnavales.

Los vecinos de San Bernardo ponen de esta forma su grano de arena para mejorar la convivencia en el barrio y para dar soluciones a la falta de recursos e infraestructuras que padecen. Una actitud que estaría bien que cundiera como ejemplo en el resto de asociaciones vecinales y colectivos sociales. A veces el camino más rápido es actuar por uno mismo.

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