El disfraz de la crisis
Al mal tiempo buena cara. En el Carnaval cabe casi todo, hasta de la sana iniciativa de reírnos de nosotros mismos. Pocos son en verdad los ciudadanos que no están sintiendo con más o menos contundencia los efectos de estos tiempos de penuria, como aquellos que representa este niño en La Línea, apostado en la puerta de un banco, muy significativo por cierto, mostrando sus muchas necesidades.
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