La ciudad pierde a Casa María

El dueño, José Troya, de 83 años, cierra el restaurante tras décadas siendo referente de la comida casera

Troya y su hijo Bernabé (izq) cuando Nieto le entregó el distintivo en 2011.
Troya y su hijo Bernabé (izq) cuando Nieto le entregó el distintivo en 2011.
E. Correa Algeciras

06 de febrero 2013 - 01:00

La calle Castelar no es la misma desde que cerró sus puertas Casa María. El propietario y alma máter, José Troya, con 83 años ya no tiene edad para seguir adelante y ha colgado el cartel de "Se alquila". Sus hijos no han querido relevarle al frente de una de las casas de comida con más fama de la ciudad. Bernabé Troya, uno de sus cinco hijos, explica que su padre ya está mayor para tanta lucha. Antes de cerrar no obstante, se lo ofrecieron al personal pero declinó. "Más lástima nos ha dado cerrarlo. Si fuera por mi padre seguiría abierto", confiesa sin obviar que la crisis se nota para todo el mundo. Al respecto, incide también en que el cierre del hotel Octavio influyó muchísimo ya que muchos clientes venían a comer o a cenar recomendados. "Aquí comía mucha gente de Algeciras, de Ceuta y de Gibraltar, los fines de semana se llenaba y siempre había gente de paso", detalla puntualizando que el centro de Algeciras "ya no es lo que era" y que hace falta que los políticos se pongan manos a la obra en este sentido. Al hilo, arremete contra el poco interés turístico de la ciudad y añade que "pese a tener muchos habitantes cuando llegan fiestas importantes y la gente se queda no hay espacio en los bares para todos".

El restaurante Casa María inició su trayectoria en 1965 justo enfrente. Troya adquirió Casa María a sus propietarios y formó una sociedad con Juan Montes, hostelero muy conocido, aunque en 1968 le compró su participación y cada uno siguió su camino. "Cuando estábamos en la antigua Casa María había seis camareros", recuerda con nostalgia de aquellos "maravillosos" años. Fue en 1995 cuando se instaló en la otra acera de la calle Castelar.

Convencido de que la crisis acabará, reflexiona sobre lo complicado que es hoy día montar un negocio con "la cantidad de impuestos" y "la falta de ayuda". Bernabé tampoco olvida dos piezas fundamentales, el camarero Diego y el cocinero Luciano. "Llevaban más de 35 años y hay que elogiar todo lo que han hecho", subraya. José Troya reconoció que cuando empezó había sólo ocho restaurantes y que en 2002 ya había 50. "El secreto está en seguir ofreciendo calidad", dijo el merecedor años más tarde del "Establecimiento con Solera", "por décadas de prestigio ofreciendo lo mejor a visitantes y paisanos". Casa María ya ha cerrado pero su cuchara permanece en la memoria.

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