Las capillas olvidadas de Algeciras

Papeles de la Villa Vieja

Las antiguas capillas de San Servando y Santísima Trinidad surgieron como necesidad religiosa rural y terminaron desapareciendo tras desamortizaciones, epidemias y abandono progresivo

Los vecinos de zonas agrícolas y ganaderas construyeron capillas para acercar el culto, pero los cambios urbanos y económicos provocaron su ruina definitiva

Aquellas murallas medievales de Algeciras y su entorno

Restos de la capilla de la Santísima Trinidad.
Restos de la capilla de la Santísima Trinidad. / Céfiro
Céfiro

Algeciras, 14 de diciembre 2025 - 04:01

Existen dos capillas en el término de las Algeciras que surgieron como una necesidad religiosa de la población y que actualmente poca gente las conoce, quedando hoy en día sólo los restos de lo que fueron. Me refiero a las capillas de San Servando y la de Santísima Trinidad.

La capilla de San Servando se encuentra en la Villa Vieja y fue construida en el siglo XVIII, en el año 1774. Fue una iniciativa privada, de los vecinos labradores que habitaban en aquella época esta zona de Algeciras, que se dedicaba a faenas agrícolas, como lo demuestra el topónimo donde se sitúa esta capilla, las “eras de López” o “huertas de López”. Actualmente, ya totalmente urbanizada la Villa Vieja, esta capilla se sitúa entre la calle Lechería esquina con la calle Alexander Henderson. Tan solo quedan en pie algunos restos y la capilla y su entorno han sido destinados a uso industrial, aparcamientos y trasteros. Era un edificio articulado en tres naves, quedando en pie la fachada pero muy deteriorada.

Los restos de la capilla de San Servando.
Los restos de la capilla de San Servando.

En el libro Historia de Algeciras, escrito por Manuel Pérez-Petinto y Costa, que fue secretario del Ayuntamiento de Algeciras, hace mención de esta capilla de San Servando, y como tal secretario tuvo acceso a las actas capitulares y pudo recoger información y datos que añadió a su libro, donde leemos:

“En el acta de la sesión celebrada en el Ayuntamiento el día 17 de abril de 1774, consta el acuerdo siguiente: Por los señores don Jacinto Monje y don Alonso Santander, se hizo presente haber practicado la diligencia que se comisionó de ver el terreno que solicitan algunos vecinos labradores de esta, para fabricar una capilla junta a las Eras de López al glorioso mártir San Servando y habiéndose acordado con los pretendientes, estos pidieron seis varas de frente al levante con veinte de fondo al poniente […]”. Posteriormente, esta capilla sufrió las leyes desamortizadoras y fue vendida a en subasta al mejor postor y pasó a manos privadas, destinándose a otros usos distintos del religioso. Y así ha llegado hasta la situación actual que se ha indicado. Si pasáis por esa zona de la Villa Vieja, podréis ver su estado.

La otra capilla la encontramos extramuros de la antigua ciudad de Algeciras. Se trata de la capilla de la Santísima Trinidad, también conocida como la capilla de la Dehesa de la Punta. Estaba dedicada a la Santísima Trinidad, Nuestra Señora del Rosario y San Nicolás de Bari. Está situada cerca de Punta Carnero y hoy en día solo encontramos restos de sus muros. Esta capilla venía a ofrecer servicio religioso a los vecinos de la zona, que estando tan lejos del casco urbano, venía a acercar la asistencia religiosa a la población asentada en los alrededores. Los vecinos de este entorno se dedicaban a la agricultura y la ganadería, especialmente ganado ovino y vacuno. Es de destacar que en las fincas y cortijos de esta zona de Punta Carnero se cultivaban vides, con antecedentes de esta actividad desde el siglo XVI, y hasta se elaboraban vinos, como el llamado “vino de la Punta”.

Todavía existen topónimos que hacen referencia a esta actividad vitivinícola como Viña Grande, Cala Parra o Viña Luna. La capilla de la Dehesa de la Punta, o de la Santísima Trinidad, fue erigida precisamente en la finca Viña Grande, donde existía una torre almenara para la vigilancia de la costa, y se aprovecharon sus restos para edificar la capilla sobre lo que quedaba de esta torre. Fue bendecida en 1777, pero estuvo en construcción hasta 1778. El fin y abandono de esta capilla comenzó con una epidemia, a principios del siglo XIX, de oídio, o también conocido como mildiu polvoriento, una enfermedad fúngica que es como un polvo blanco, que se alimenta de células vivas de plantas, donde los hongos penetran la célula de la planta y consumen los nutrientes. Y esta plaga fue la culpable de que desapareciera masivamente el cultivo de la vid en Algeciras y, por tanto, se perdiera la producción de vinos. La población que se había dedicado a las tareas vitivinícolas desapareció y en 1830 la capilla fue subastada y vendida con la desamortización de los bienes eclesiásticos. Así pasó a otros usos, como cuadra y refugio del ganado, hasta que se declaró en ruina y actualmente solo se ven los restos de unos muros.

Por último, una curiosidad sobre otra capilla que existió en Algeciras. Se trata de la capilla de la Cruz, que se localizaba en la que era la plazuela de la Mar, en un lugar inmediato a la Marina y al muelle, según indican Ana Aranda y Fernando Quiles en su libro Historia Urbana de Algeciras. Esta capilla de la Cruz, que quizás sea también la que era conocida como “capilla de los Marineros”, era uno de los recintos cristianos más antiguos de la ciudad, aunque ya en 1740, ¡oh, sorpresa! fue demolida y no quedan ni los restos, nada nuevo que no hayamos visto en Algeciras. Ojalá haya más algecireños y residentes en la ciudad que se interesen por respetar y conservar lo que todavía queda de nuestro patrimonio, porque si no nos valoramos a nosotros mismos, no esperemos a que lo hagan los demás por nosotros.

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