El asesinato de Diego Valencia en Algeciras, argumento para pedir a la UE un coordinador contra la cristianofobia

El Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (OLRC) ha solicitado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la creación “inmediata” de un Coordinador Europeo para la lucha contra la cristianofobia. La propuesta busca situar esta figura al mismo nivel que los ya existentes coordinadores para combatir el antisemitismo y la islamofobia.

Desde la entidad recuerdan casos “especialmente graves”, como “el asesinato del sacristán Diego Valencia en Algeciras a manos de un yihadista, la muerte a palos de un fraile en el monasterio de Gilet (Valencia) o los intentos de incendio en templos de Jerez y Cuenca”.

La organización lanza esta petición “ante la creciente ola de ataques a cristianos y lugares de culto en Europa”. En un comunicado, el OLRC enumera varios episodios recientes que consideran “alarmantes”, como la irrupción de un hombre gritando “Allahu Akbar” en el altar de la Basílica del Sagrado Corazón de París, el incendio intencionado de una iglesia en Baviera o la agresión a un sacristán en Rodgau (Alemania), quien fue atacado con una cruz utilizada como arma.

La presidenta del OLRC, María García, advierte que “los numerosos ataques en España también son motivo de gran preocupación”. Según el último informe del Observatorio, solo en 2023 se registraron 36 ataques a lugares de culto y símbolos cristianos en territorio español, “una cifra que aumenta año tras año”.

“La Unión Europea no puede mirar hacia otro lado ante estos asesinatos y ataques a iglesias”, denuncia María García. “Es imprescindible que la Comisión Europea reconozca la gravedad de estos hechos y actúe con el mismo compromiso que demuestra en la lucha contra otras formas de odio religioso”, añade.

Con el objetivo de reforzar esta petición, el OLRC ha iniciado una campaña de recogida de firmas en su página web e invita a la ciudadanía europea a unirse para exigir a las instituciones comunitarias una protección real y efectiva de los derechos fundamentales, en especial la libertad religiosa.