Hacía falta una amnistía para movilizar a un sector de la sociedad algecireña descontenta con la política del PSOE, no solo con respecto al Campo de Gibraltar, sino hacia Cataluña. Alrededor de 1.500 personas -según la estimación de la Policía Local- recorrieron ayer de forma pacífica las calles de la ciudad, desde el Parque Feria hasta la Plaza Alta, para clamar contra los pactos firmados por los socialistas con los independentistas catalanes para investir a Pedro Sánchez presidente del Gobierno.

Lo que era una concentración se transformó en una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerda en años -con permiso de la de la sanidad del 15-N de 2019, por ejemplo- en la que muchos algecireños ondearon sus banderas de España para pedir a ratos la dimisión de Sánchez y, otras, su entrada directa en prisión.

Los manifestación rompió en insultos contra el PSOE cuando, camino del centro de Algeciras guiada por la Policía Nacional, se detuvo unos minutos en la puerta de la sede de los socialistas, cerrada a cal y canto. "Partido socialista, partido terrorista", se oyó en la calle Sindicalista Luis Cobos. 

La marcha provocó que se interrumpiera el tráfico tanto en la carretera Cádiz-Málaga como en algunas calles de Algeciras durante varios minutos. 

La protesta fue de los más ecléctica. Había un hombre con una enseña preconstitucional y otro con una más antigua, la blanquirroja con la cruz de Borgoña tradicional. Por haber, había incluso un niño con una camiseta del Europa FC y la de Gibraltar en la espalda. Junto a él, su madre ondeada una enorme bandera de España, que eran la inmensa mayoría. "Ni de izquierda ni derecha, españoles", se escuchó durante una marcha en la que pidieron "prisión" para el expresidente del Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont.

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, y buena parte de su equipo de Gobierno, junto al subdelegado de la Junta en el Campo de Gibraltar, Javier Rodríguez Ros, y la delegada territorial de Salud y Consumo de Cádiz, Eva Pajares, asistieron al comienzo de una manifestación convocada por un grupo de ciudadanos a través de las redes sociales en las que no hubo logotipos de partido alguno.  

Bajo el cántico, "España, unida, jamás será vencida" y entre carteles en los que se acusaba directamente a Pedro Sánchez de vender el país, los manifestantes llegaron a la Plaza Alta, donde poco después se disolvió. 

Durante el domingo, decenas de miles de andaluces han abarrotado las plazas más céntricas de las ocho capitales de provincia en las concentraciones convocadas por el PP simultáneamente (200.000 según el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y 131.300 según Delegación del Gobierno).