La festividad de la Virgen del Carmen se celebró como es tradicional en los municipios marítimos de la comarca. La jornada dedicada a la patrona de los marinos y los marineros comenzaba en Algeciras con un acto en la Comandancia Militar de Marina. Allí, su titular, Manuel Carlos Villanubia, reclamó un recuerdo especial para todas aquellas personas que han fallecido en la mar, tanto españoles como inmigrantes. En la recepción estuvieron presentes diversas autoridades, entre ellas, el teniente coronel de la Guardia Civil, Marcial Vázquez o el director de la Autoridad Portuaria, José Luis Hormaechea. El Alcalde, Tomás Herrera, destacó el espíritu marinero de la ciudad.

La festividad abarrotó por la mañana y tarde las playas y entre ellas la de El Rinconcillo, donde las embarcaciones se hacían a la mar engalanadas a la espera de la procesión marinera prevista para última hora de la tarde. La imagen navegó hasta la desembocadura del Palmones donde desembarcó para marchar hasta su barriada sobre la arena de la playa.

Previamente y tras una misa, salía de la parroquia del Carmen otra imagen en procesión. Numeroso público se agolpaba a las puertas y en la Plaza de Joaquín Ibáñez. Lentamente, el cortejo fue recorriendo las calles bajas de la ciudad hasta llegar al muelle pesquero donde fue recibida con vivas y gritos de guapa. Mientras sonaba la Salve, la imagen era elevada hasta la cubierta de la gabarra Aitana.

Pasadas las nueve y cuarto de la noche, la Virgen, acompañada de un importante número de embarcaciones engalanadas emprendió camino hacia El Rinconcillo. Todo ello, mientras más de tres mil personas quisieron ser testigos de la tradición.

También la Virgen del Carmen procesionó por La Atunara y recibió el aliento de cientos de linenses, la mayoría vecinos de este barrio marinero, que acompañaron con aplausos el paso de su Virgen. Los cargadores portaban la pequeña y querida imagen que no pudo realizar su tradicional paseo en barca y es que el viento provocó que la hermandad tomara una dura pero necesaria decisión.

La reina juvenil, Amanda Muñiz, y su corte de damas encabezaban la comitiva, compuesta por miembros de la hermandad que acompañaron a la Virgen del Carmen en su caminar, al igual que el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Juan García Medina y representantes municipales.

De igual forma, las barriadas sanroqueñas de Puente Mayorga, Guadarranque y Torreguadiaro se volcaron ayer con la patrona de los marineros y como cada año celebraron un día totalmente festivo que tuvo como colofón la procesión de la Virgen por el litoral sanroqueño.

En el caso de Torreguadiaro y Guadarranque, el día de ayer supuso la culminación a sus fiestas celebradas el pasado fin de semana. El momento más emocionante se produjo con el embarque de la virgen y su posterior paseo en barca por las playas, ante cientos de devotos de esta imagen.

Mientras, como cada año, Tarifa volvió a recordar su pasado más marinero festejando el día del Carmen. La ciudad doblegada al desarrollo de un "turismo sostenible" motor incuestionable de su prosperidad, no puede por menos que recordar su pasado más cercano en el que la pesca era uno de los pilares de su economía.

La jornada comenzó de mañana en la lonja pesquera, cuando en los almacenes, se fueron congregando numerosas personas dispuestas a preparar un día especial. Las puertas de los almacenes abiertas de par en par e invitando a compañeros y amigos a una fiesta popular que tendría en la procesión de la Patrona de los marineros su momento más álgido. El viento no es problema cuando se tienen ganas de festejar un momento importante. Así quedó constatado en la mañana de ayer en la lonja pesquera cuando organizadas por la Hermandad de la Virgen del Carmen, Cofradía de Pescadores y Ayuntamiento se sucedieron las distintas actividades programadas para pasar un día del Carmen sin importar que el "puntual" Levante soplara como un auténtico demonio.

Sobre las doce del mediodía tenía lugar la "travesía del muelle" en la que pocos nadadores se atrevieron a concluir una prueba de natación pero que fue muy seguida por numerosas personas. Después llegaría la tradicional cucaña en la que sobre un palo engrasado los más habilidosos tuvieron su premio. El momento más oficial tenía lugar tras la misa de honor a la Virgen del Carmen en San Francisco de Asís.

Una vez concluido el oficio religioso la imagen procesionó acompañada de los sones de la Banda Municipal de Música por las calles tarifeñas hasta el muelle pesquero donde en un improvisado altar descansó la valiosa talla barroca, para que otra imagen menos "valiosa" se embarcara en el Lances Díez una barca de la almadraba y se adentrara en las aguas del Estrecho para llevar a cabo su singular procesión marinera.