La Unión por el Mediterráneo, 43 países en busca de mejoras
La promoción medioambiental, logística y educativa, principales objetivos de la iniciativa de Francia. Las relaciones UE-arco mediterráneo, una historia de 40 años
El coordinador general de la Dirección General de Acción Exterior de la Junta de Andalucía, Alberto Morillas, fue el encargado de abrir el programa de conferencias de las terceras jornadas de diálogo euromediterráneo integradas en el programa de los Cursos de Otoño de la Universidad de Cádiz que dieron comienzo ayer en las instalaciones de la Universidad Abdelmalek Essaâdi de Tánger con una conferencia general sobre la Unión por el Mediterráneo, institución considerada hasta el momento como la cúspide de las relaciones bilaterales entre la Unión Europea (UE) y los países del arco Mediterráneo, con especial incidencia y aplicación práctica entre España y Marruecos.
El ponente recordó que las relaciones entre la Unión Europea y los países del arco del Mediterráneo comenzaron a gestarse hace casi 40 años a través de acuerdos exclusivamente comerciales con estos países que, en 1972, se ampliaron al ámbito financiero. Tras la caída del muro de Berlín y el final de la Guerra Fría, en la década de los 90, la política europea hacia los países del entorno mediterráneo se amplió con aspectos sociales y relacionados con los derechos humanos.
En cualquier caso, 1995 es considerado por los expertos en Derecho Internacional como clave por el inicio del denominado como Proceso de Barcelona, reunión de los países que culmina con la creación de la Asociación Euromediterránea y que pone en valor las relaciones entre Europa y el Mediterráneo, según el ponente. Ya en 2004, la Unión Europea inicia la denominada como nueva política de vecindad, que complementa a la Asociación Euromediterránea pero profundiza en las relaciones bilaterales con cada país del Mediterráneo y da como principal fruto el Estatuto Avanzado de Marruecos, un estadio superior de las relaciones bilaterales que se puso en marcha el pasado año. Paralelamente, también en 2008, nace la Unión por el Mediterráneo.
Morillas centró entonces su intervención en desgranar los principales aspectos de esta entidad, surgida el 13 de julio del pasado año como iniciativa europea auspiciada e impulsada por el presidente francés, Nicolás Sarkozy. La Unión por el Mediterráneo, formada por 43 países (entre ellos los 27 de la Unión Europea) tiene sus base en el Proceso de Barcelona antes reseñado y refuerza la cooperación hacia objetivos como la difusión de la institución y creación de la Universidad Euromediterránea; la reducción de la contaminación ambiental en las aguas del Mar Mediterráneo; creación de nuevas redes marítimas de tipo logístico; refuerzo de la protección ciudadana desde el punto de vista de la prevención ante posibles catástrofes y el impulso de las energías renovables, con la solar como máxima expresión. La Unión por el Mediterráneo se compone, a escala orgánica, de una presidencia compartida entre un país de la UE y otro extracomunitario. En la actualidad, dicha presidencia recae en Francia y Egipto.
"Con estos objetivos de trabajo común, las regiones juegan un gran papel en la bilateralidad ya que si las relaciones diplomáticas sufren algún estancamiento, las regiones y sus ciudadanos sí participan en la consecución de los objetivos y proyectos comunes", detalló el experto.
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