La Trocha inicia la aventura de explorar la pequeña gran historia de Algeciras

La asociación de patrimonio histórico quiere recuperar la memoria urbana de la ciudad y sus vecinos Inivitan a toda la ciudadanía y a colectivos a colaborar en un proyecto "de todos"

Vista general de la ciudad de Algeciras.
Vista general de la ciudad de Algeciras.
María E. Selva Algeciras

09 de noviembre 2015 - 01:00

Cada pequeña historia, por minúscula que sea, puede encajar perfectamente como un pieza de puzzle en un gran cuadro. Es una ficha que en conjunto y observándola con una visión global puede arrojar detalles sobre pasajes puntuales de la historia. Se trata de la memoria urbana de Algeciras, un proyecto de investigación y basado en el trabajo de campo, que define a la renovada asociación por la defensa del patrimonio histórico La Trocha.

Su actual director, Carlos Gómez de Avellaneda, ha impulsado un nueva etapa para este conocido colectivo, donde su interés se centra más en volcarse con la población e integrarla en sus proyectos. Defiende el gran patrimonio histórico y cultural de Algeciras, pero incide en que mucho más valiosos son sus habitantes. "Cuando un anciano fallece se quema una biblioteca".

En la nueva directiva la vicepresidencia la sigue ostentando José María Villa, pero hay rostros que estaban vinculados a La Trocha y han dado un paso hacia adelante como José Luis Pavón, que ejerce de tesorero, o Nieves Buscató, la secretaria.

El proyecto que abandera el colectivo tiene como objetivo crear una memoria de la evolución urbana de la ciudad, no en cuanto al origen de cada elemento urbano y su evolución a lo largo de la historia, sino a las formas de uso de esos espacios urbanos, es decir a la existencia de viviendas, industrias, servicios o establecimientos comerciales, entre otros, pero en una época relativamente reciente, "solo hasta donde alcance la memoria de cada colaborador".

Y es que eso es lo interesante, que será la propia ciudadanía la que escriba la historia. La directiva junto a los vocales usarán técnicas antropológicas de campo, creándose una red de coordinadores. Entregarán fichas en la que se solicitarán datos tan sencillos como el barrio, la calle o la plaza en la que vivían, añadiendo a ello cualquier aportación o tema que deseen. "Buscamos aquello que cuando desaparecemos nos llevamos". Se trata de sumar a la gran historia todo lo "pequeño" .

De hecho, La Trocha no es el único colectivo que persigue esta idea, la asociación recientemente creada Aepa tiene objetivos similares y por eso la intención es hermanarse. En este sentido también se buscará la colaboración de los colectivos vecinales y sociales de Algeciras, para indagar entre todos en esas pequeñas historias de cada persona. "Para participar no hace falta tener título universitario, sólo memoria", señala Gómez de Avellaneda. El trabajo de campo se desarrollará con planos antiguos de la ciudad, se realizará un trabajo "metódico" buscando número a número quién vivía y su historia.

Son conscientes desde La Trocha del gran volumen de datos que pueden encontrar, por lo que el siguiente paso será informatizarlo. Esperan conseguir con esta investigación todo tipo de conclusiones válidas para futuros estudios o proyectos, desde el ámbito urbanístico, antropológico, la evolución de la economía, comercio o la propia población. "Se pueden sacar datos estadísticos de la propia evolución de la ciudad".

Lograrán con esta gran iniciativa sumar a la historia un gran anecdotario de lo vivido, hasta donde alcance la memoria de los más mayores. Quieren dejar claro que el protagonismo lo tendrá la gente, La Trocha se limitará a coordinar. "Hay mucha ilusión puesta, la historia no es únicamente cosa de historiadores". Y si alguien necesita estos datos que obtengan, estarán abiertos para cualquier estudio o consulta.

Para La Trocha la memoria personal puede ser muy útil para el estudio de las ciudades, ya que estas son organismos vivos en constante evolución, con funciones vitales como nacimiento, crecimiento, enfermedad, muerte, entre otros. Afirman que están compuestas por multitud de pequeñas células, los habitantes, renovados constantemente y creadores con su trabajo de estructuras para protección y servicios, los edificios, que como los esqueletos de los seres vivos, pueden sobrevivir o no.

Argumenta la asociación que una ciudad tan dinámica como Algeciras, con su rápida evolución, ha sufrido grandes cambios en su fisonomía urbana durante las últimas décadas, como dan testimonio las fotografías antiguas, tan apreciadas por todos los ciudadanos. Se dedica este proyecto al recuerdo del pasado perdido, dejando constancia de muchas cosas pequeñas y humildes, pero que en cierta forma fueron parte de la vida de los informadores.

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