Trasladan a Algeciras a una parte de los últimos 13 inmigrantes internados en el CIE de Málaga

Tras más de dos décadas de actividad, no exentas de polémica por el mal estado de las instalaciones y por las condiciones en las que se encontraban los internos, el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) ubicado en el barrio malagueño de Capuchinos cerró ayer definitivamente sus puertas y no acogerá a más inmigrantes. Los últimos 13 extranjeros que se encontraban en éste, que entró en funcionamiento en 1990 para recluir a quienes carecían de permiso de residencia en España -una falta administrativa-, ya han sido trasladados a los centros de Algeciras y Madrid; según confirmaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Asimismo, más de una treintena de funcionarios abandonaron también el antiguo cuartel de Capuchinos, según indicaron desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), permaneciendo los agentes dedicados a la protección del inmueble, que, no obstante, se prevé que siga acogiendo a algún grupo policial. Este edificio, cuyo mal estado suscitó informes negativos y críticas por parte de diversas instituciones y organizaciones, presenta problemas de humedades, falta de estabilidad de la primera planta y grave deterioro de techos, muros y tejado exterior.

El Ayuntamiento de Málaga y el anterior Gobierno socialista intentaron buscar una solución, que pasaba por la construcción de otro CIE en una parcela del polígono Guadalhorce. Una opción que, sin embargo, no se materializó ante la falta de acuerdo y sobre todo de dinero. Precisamente, ayer se aprobó por unanimidad en la comisión del Pleno de Ordenación del Territorio del Ayuntamiento sendas mociones del PSOE y de IU reclamando que las instalaciones se destinen a equipamiento cultural y social.