Algeciras

El bar Los Rosales, el pulso de aquella Algeciras de mediados del siglo pasado

  • Alberto Pérez de Vargas recuerda la historia del desaparecido negocio en el inicio del ciclo de conferencias de Julia Traducta

Alberto Pérez de Vargas se asomó ayer a la Algeciras de mitad del siglo pasado a través de la ventana del bar Los Rosales, que regentó su padre, Ignacio, durante casi tres décadas. Aquel establecimiento le tomaba el pulso a aquella ciudad, una historia de interesante sociología y numerosas anécdotas. Todo lo hizo Pérez de Vargas con una charla que sirvió para inaugurar el ciclo de conferencias que ha organizado la asociación Julia Traducta, de los alumnos del Aula de Mayores del Campus Bahía de Algeciras.

El Salón de Posgrados de la Escuela Politécnica se llenó para escuchar al conferenciante hablar de "una época muy particular". Desde 1940 a 1967, cuando falleció Ignacio Pérez de Vargas, Los Rosales, justo al lado del actual edificio de Correos del centro, se convirtió en "el sitio de cruce de las fuerzas vivas de la ciudad".

"En torno a ese bar se vivía la época de forma especialmente intensa. Era un sitio donde se contrataban las corridas de toros en Feria, donde se organizaban los festivales de flamenco, el lugar de reunión de los militares de la época, del gobernador militar, de la gente, del alcalde... Era un referente", explicó Pérez de Vargas.

La ocasión sirvió para echar una mirada a la antigua Algeciras. Por ejemplo, detalló el conferenciante: "Antes en la comarca podías tener los coches matriculados en Gibraltar y podías comprarlos en el Peñón, de forma que la proporción de gente con automóvil en esta zona era casi superior a la de Madrid o la de las grandes ciudades. Y, claro, el estraperlo, el contrabando, el hecho de que fuera una plaza casi militar, hacía que hubiera mucha gente con un nivel económico más alto de lo habitual, por lo que había un dinamismo también en ese sentido, aunque con muchas desigualdades".

Había pues, contó Pérez de Vargas, mucho ambiente en las calles. "Las tertulias en Los Rosales eran pintorescas", indicó el conferenciante. Tertulias, bares y unos tiempos que han pasado.

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