El Rinconcillo, el centro de la diana

Un cúmulo de factores influye en la pérdida de arena de la popular playa algecireña: las estructuras portuarias, las casas del litoral, temporales violentos y ríos con poco sedimento

D. C.

Algeciras, 01 de mayo 2017 - 02:08

El Rinconcillo ha venido necesitando y recibiendo aportes de arena con regularidad en los últimos años. La popular playa algecireña ha estado emitiendo señales de pérdida de extensión desde hace tiempo. Sin embargo, ha sido estas semanas cuando se ha tomado mayor conciencia de la problemática. Los recientes temporales han llevado el mar hasta donde no se recordaba y han afectado de forma muy seria a las viviendas pegadas al litoral, a las dunas y a las tuberías. La zona del Botavara es crítica.

Los residentes cuentan que la playa es cada vez más pequeña, que hace décadas tenía mucha más franja de orilla. El Ayuntamiento ha tenido que acelerar sus planes de sacar la red de saneamiento de la arena. Teme que el próximo temporal de nuevo empuje el agua hacia los conductos y las olas arruinen lo que se pueda reparar hasta entonces.

Un grupo investigador está estudiando por primera vez las dinámicas de la bahía

El pleno del Ayuntamiento aprobó el pasado viernes solicitar un estudio de dinámica litoral así como los informes complementarios que resulten necesarios para establecer las causas que originan las continuas pérdidas de arena en las playas algecireñas, especialmente en El Rinconcillo. Se lo pedirá a la Demarcación de Costas y a la Junta de Andalucía.

¿Qué es lo que está pasando? No hay un único motivo; es un cúmulo de razones. Lo explica Laura del Río, profesora e investigadora de Geología y Geofísica Litoral y Marina de la Universidad de Cádiz. Del Río participa en la actualidad en un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad sobre la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático de la costa de toda la provincia. Por primera vez se incluye en el estudio el litoral mediterráneo gaditano y, por tanto, la bahía y El Rinconcillo. Están empezando a trabajar en ello.

"¿Es la playa de El Rinconcillo diferente ahora de como era hace 40 o 50 años? Sí, por supuesto, pero no solo El Rinconcillo; prácticamente todas las playas de la provincia son muy distintas ahora a como eran hace medio siglo", confirma la experta.

Del Río señala que los cambios que ha experimentado El Rinconcillo guardan relación con la presencia de los factores que influyen en el deterioro de cualquier playa. A saber: la presencia de estructuras de ingeniería costera y la urbanización del litoral. Dicho de otro modo: el puerto algecireño y los muelles de empresas de la bahía y las propias casas de El Rinconcillo.

La científica añade que también hay que valorar que la mayoría de la arena que tienen las playas de la bahía procede de los cursos fluviales, los sedimentos que arrastran los ríos, y que en las últimas décadas la regulación de estas corrientes, por las presas sobre todo, ha actuado como una trampa para los áridos y ha ahogado esta fuente.

Y aún habría que tener en cuenta, ahonda, una cuarta coyuntura. Del Río hace ver que el temporal de mediados de marzo y el de mitad de abril fueron especialmente intensos y violentos. Y cuando llegó el segundo no había dado tiempo a que El Rinconcillo se recompusiera del primero.

"Todas las estructuras portuarias modifican la dinámica litoral (las corrientes y el oleaje) en un sentido u otro", expone la profesora.

"La ocupación de territorio también influye muchísimo", ahonda. "Si desaparecen dunas porque se construye encima, la playa pierde una defensa ante los temporales, porque la dunas son como almacenes de arena". "En el caso de El Rinconcillo además, como la playa es estrecha, el oleaje puede llegar hasta los muros de las casas, y eso aumenta más aún la pérdida de arena, porque se refleja el oleaje y produce una mayor turbulencia", apunta.

Del Río advierte que hay que proceder con mucha diligencia si se quieren construir elementos artificiales que contribuyan a la mejora de una playa (espigones perpendiculares, escolleras, estructuras sumergidas que reducen la energía del oleaje, etcétera). "Lo más habitual es que eviten la erosión en una zona determinada a costa de generar erosión en otra porque la cantidad de sedimento no es infinita", dice. Por eso, remarca, optar por alguna de las soluciones citadas debe ir precedido de la realización de estudios rigurosos.

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