Paseando a Penélope Cruz

La Plaza de Andalucía recibe a una veintena de coches antiguos procedentes de Cádiz. El que más llama la atención es un Buick Eight que aparece en la película 'Manolete', interpretada por la oscarizada actriz

Un visitante observa la exposición de coches; en primer término el Buick Eight de 1947.
Un visitante observa la exposición de coches; en primer término el Buick Eight de 1947.
David Lendínez / Algeciras

30 de marzo 2009 - 01:00

A Juan Francisco Ruiz los efectos especiales del cine le jugaron una mala pasada. Cedió su Buick Eight de 1947 para que se rodaran algunas escenas de la película Manolete, aún no estrenada y en la que intervienen Adrien Brody y Penélope Cruz. El automóvil estaba asegurado, tenía un mecánico personal y era movido con una grúa. Un día se lo llevaron para grabar por el campo y estuvo fuera tres. Cuando lo volvió a ver estaba lleno de arañazos en un costado. Se llevó las manos a la cabeza y llamó al productor, que le dijo que se tranquilizara y que se acercara al lado perjudicado. Habían simulado los daños con pintura al agua. "Me quedé maravillado de cómo se hace una película". Todo quedó en un susto. Se lo lavaron y le quedó como nuevo.

Esta reliquia fue una de las veinte que se mostraron ayer en la Plaza de Andalucía en un encuentro de vehículos clásicos del Club de Cádiz. Es una actividad de Algeciras en Domingo, impulsada por la concejalía de Turismo.

Ruiz, que es de Chiclana, confiesa que en estas jornadas disfruta. Lo dice un apasionado de estas máquinas sobre ruedas. Tiene cuatro joyas de este tipo. Forman parte del patrimonio del Club del Automóvil Clásico de Cádiz, que se creó en 2001 y que reúne a un centenar de socios. Es decir, que puede disponer de 200 a 300 vehículos. Fue a través de esta entidad cómo el Buick de Francisco Ruiz acabó en el filme sobre la figura del torero. Enseña el motor porque es original y porque es capaz de trasladar al personal muchos años atrás. Avisa que es delicado. "Hoy tiene una cosa y mañana otra. Hay que estar muy pendiente de él", señala como si hablara de un niño pequeño. Dice que es delicado también porque por ejemplo tiende a perder aceite, porque cada salida implica una revisión de todos los niveles y porque los recambios son un auténtico desafío. "Encontrar un faro o un piloto cuesta la propia vida". Este tipo de coches no puede aguantar el trote diario, aunque tampoco puede estar mucho tiempo parado. Ruiz comparte su afición con su mujer y con su nieto, que no se pierde una salida.

El presidente de esta entidad, Manuel Abollado, coincide con su compañero en que con estos coches hay que tener un trato especial. En carretera marchan a 80-90 kilómetros. Es la velocidad idónea para que por ejemplo los frenos no sufran y para que sea conducible. Para frenar necesita más tiempo y espacio. Señaló que el mantenimiento es propio y que esta afición cuesta menos cuando gusta. Antes de la llegada de esta flota, cuatro bailarines ofrecieron una muestra de clases de tango argentino. Fue organizada por la maestra Graciela Edith Heredia. Ya estuvieron en la Plaza Alta hace unas semanas.

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