Desde Marchenilla al Cerro del Rayo

Desde el complejo ambiental Huerta Grande hasta la barriada del Cobre se nos abre una interesante ruta enlazando la vereda de Marchenilla y la cañada real de Pelayo con el Cerro del Rayo. Son doce kilómetros muy interesantes y de variada vegetación, todo ello en el entorno de los montes propios de Algeciras.

Tras dejar el frondoso canuto de Marchenilla, con unos 180 metros de desnivel y bastante agua en el cauce del río, se sale a un camino y posterior carril que enlaza con la bajada a Guadalmesí. Pasando de largo la señalización puesta recientemente por la Junta de Andalucía del sendero del Cerro del Tambor se sigue recto en dirección a una torreta de electricidad por un camino que nos lleva directamente a otra señalización que nos muestra hacia derecha e izquierda la vereda de la Cuesta de la Marchenilla. Es una antigua vía pecuaria recientemente recuperada por la Consejería de Medio Ambiente y que discurre a través de 5,7 kilómetros. Anteriormente ya habremos caminado otros 1,7 kilómetros desde el punto de partida. Si cogemos hacia la izquierda, entramos en un terreno ya deslindado y totalmente virgen. Pasamos por un verde prado y un posterior sendero que cruza de nuevo el río Marchenilla y que, delimitado por un murete de piedra, nos conduce hasta el Descansadero de Marchenilla. Vamos dejando atrás los cerros del Centinela y de las Hermanillas.

Al final de la vereda penetramos en la cañada real de Pelayo, aún no señalizada totalmente. Son 0,6 kilómetros de vía pecuaria. Hay que destacar que esta vía, antes de ser utilizada como paso de ganado era usada por otras civilizaciones para ir a Medina Sidonia y Cádiz.

Los más problemático es cruzar la N-340 a la que salimos a la altura del desguace. Cruzamos el polígono y nos adentramos en la urbanización las Herrizas. Una empinada cuesta asfaltada que llega hasta la calle Galgo y que a través de la calle Mastín nos acerca al sendero Chou-Chou, recuperado por la sección ciclista de la Asociación Alpina Al-Hadra.

Este empinado camino ya nos adentra en el Cerro del Rayo. En lo alto, apreciamos unas vistas maravillosas de la Bahía y mientras, descendemos por un frondoso sendero enmarcado por enormes y verdes helechos que nos lleva hasta el carril del Río de la Miel. Habremos caminado unas cinco horas y media.

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