Juan Torres y la Algeciras desaparecida
El presidente de la Tertulia La Levantá evoca el pueblo del ayer en un pregón que desliza la impronta de su padre, fiel defensor de la ciudad
"Te he hablado del pasado que me gustaría que volviera, pero también tenemos un presente lindo que nos empuja". Juan Manuel Torres Román, presidente de la Tertulia Cofrade La Levantá e hijo del insigne algecireño desaparecido Juan Torres García, viajó veinte años atrás a través de la línea del tiempo para desgranar los recuerdos de la Virgen del Carmen, a quien le cedió su voz.
"Acompáñame, hijo mío, que vamos a dar un paseo. En tus versos y en tu voz te he de contar, Juan Manuel, lo que es para mí esta tierra marinera", arrancó Torres su composición en la que quiso acordarse, entre otros, del periodista algecireño Pepe Ojeda, al que iba a dar su último adiós cuando el hermano mayor de la Buena Muerte, José Manuel Sánchez Bautista, le encargó el pregón del Carmen.
Presentado por la hermana de la Buena Muerte Inmaculada Ríos, el hijo mayor de la familia Torres Román atrajo hasta la Iglesia del Carmen a un buen número de fieles para escuchar un texto, en el que, sin referencias literales, anduvo presente la figura de su padre, que exaltó a la Patrona de los marineros en el año 2002. "Mírala a los ojos y cólmala de bendiciones. Abrígala bajo tu manto ante las necesidades", expresó el cofrade en agradecimiento a las palabras de su presentadora.
A través del pregonero, la Virgen del Carmen mostró su añoranza por las noches de verbena que se organizaban en las calles de la feligresía en las décadas de los setenta y ochenta. "Iba a visitar la Calle Tarifa, el Patio del Coral, Villa Palma y hasta a La Perlita me llevaban para que pasara con mis vecinos la noche", rememoró.
También recordó la novena en honor a la Virgen del Carmen, de las que destacó el ambiente del Bar Manolo y el Bar Los Cristales. "Quién no se acuerda de los hermanos de la Churrería Alemany que aprovechaban el día de mi procesión para sacarse unas perrillas, porque vivían de eso", mencionó.
No faltó la nostalgia por el Río de la Miel , "que daba empaque a este pueblo". Tampoco por El Patio del Cristo o la Calle Alameda, actual Cayetano del Toro, donde nació María del Carmen Román, su madre, y Torres "vio a la Virgen del Carmen rumbo al muelle muchos 16 de julio junto a su familia materna".
En la obra de Torres cobraron especial protagonismo los reconocidos sacerdotes Manuel Flores y Francisco Cruceyra, impulsor este último de la Cofradía de la Buena Muerte y la Borriquita, "al acercar a los jóvenes de la Escuela de Maestría a la primera, y reorganizar la segunda, que había dejado de procesionar a finales de la década de los sesenta".
Muy sentida y aplaudida fue la oración que la Estrella del Mar, Stella Maris en su traducción al latín, dedicó al religioso Flores, desaparecido el 13 de mayo de 1964 en un accidente de tráfico. "Algo se me fue contigo Flores, algo mío te acompaña siempre. Mi escapulario bendito que lucías, algo se me fue prendido, Flores", decía el panegírico.
Tuvo tiempo el pregonero para acordarse de la problemática de la estiba, por la que la talla "siente un nudo en sus adentros, que no es un nudo marinero". El mensaje final arrancó los aplausos de la capilla: "Solo quiero que este pueblo no se refugie en desprecios, sino que luche sin treguas por Algeciras y su pueblo".
Cerca del final, al algecireño no le faltaron los agradecimientos, primero a José Manuel Sánchez por ser el culpable de que se cuelgue "el hábito de pregonero" y, luego, a los hermanos Moreno, valedores del exaltador.
A la postre deseó, en última instancia, "la mayor de las suertes a la joven Junta de Gobierno de la Hermandad". Entre aplausos, Juan Torres ordenó su texto, aguantó la ovación y, emocionado, se dirigió a recibir el beso de su madre tras inaugurar las celebraciones en honor a la Patrona del Mar y de los marineros, por medio de 41 años de vivencias carmelitas.
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