Gollum y Bros vencen a los 'narcos'

La Guardia Civil y la Policía Nacional utilizan nombres en clave para denominar sus actuaciones · Algún detalle suele encauzar sus 'bautizos', permitiendo hablar de Operación Consola o Normandía, por ejemplo

J. Jiménez Gálvez / Algeciras

19 de diciembre 2011 - 01:00

La enigmática Toscana italiana o una entretenida y divertida capea de media tarde. Un restaurante de carácter internacional o un histórico protagonista de la literatura española. O una jugada de ajedrez; o un apodo; o un nombre en inglés; o el personaje de un videojuego. Prácticamente, cualquier expresión vale a la hora de bautizar una operación policial, a la hora de otorgarle una denominación en clave. Generalmente, un detalle o alguna característica curiosa lo determina.

La Comandancia de la Guardia Civil y la Comisaría de la Policía Nacional de Algeciras lo demuestran cada semana. Los nombres de sus operaciones abastecen a la prensa con titulares provocativos e, incluso, delirantes; permitiendo relacionar en la misma frase al marqués de Verboom (1667-1744) y al tráfico de droga. Y es que los investigadores hacen gala de una gran capacidad imaginativa

Así, por ejemplo, el hallazgo de un alijo resultó fundamental para desarticular posteriormente una banda de narcos. La Benemérita encontró en el escondrijo una agenda telefónica y, en una de sus páginas, podía leerse la expresión "Mi tesoro". Suficiente. Esta intervención ya tenía nombre. La asociación de ideas resultó inmediata y los investigadores no duraron a la hora de bautizarla. Así nació la Operación Gollum, en honor a un personaje de la saga El Señor de los Anillos, que repetía constantemente esas palabras.

Y es que, usualmente, los agentes que arrancan la operación se encargan de otorgarles el apelativo. "Algunos nombres resultan realmente llamativos. Muy curiosos", reconocen mandos policiales.

Por ejemplo, los efectivos de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) se decantaron por el carácter de un establecimiento de San García, utilizado como punto de referencia para la distribución de cocaína: un restaurante asador. Allí trabajaba el narco -ya condenado a tres años de cárcel por esta actuación-, que se servía de su empleo en el local para contactar con los clientes y venderles el estupefaciente. Por ello, los efectivos de la Policía Nacional hablaron entonces de la Operación Fogón.

Otro ejemplo también se encuentra dentro de la batalla librada contra el tráfico de drogas. La Policía Judicial de la Comandancia de Algeciras concluyó en febrero de 2009 la Operación Consola, que permitió detener a ocho personas, acusadas de componer una importante organización dedicada a introducir hachís desde la costa marroquí. Durante las pesquisas, los investigadores averiguaron el nombre de uno de sus cabecillas: Mario. Así, uno de los "principales objetivos" de la actuación les inspiró. Rápidamente, enhebraron el hilo: de Mario a Mario Bros -protagonista de un videojuego- y de éste a Consola. Así, el famoso fontanero cerró esa llave de paso. Los agentes aprehendieron 3,5 toneladas de hachís e intervinieron obras de arte, piezas arqueológicas, varias embarcaciones y cuatro coches de lujo.

Por su parte, el puerto de Algeciras también se vio ligado a un peculiar apelativo. La Operación Espuela le marcó en diciembre de 2009. La Guardia Civil acabó ese mes con una supuesta banda de narcotraficantes que introducía cocaína a gran escala a través de la instalación portuaria. Los efectivos de la Benemérita detuvieron a 24 personas -entre ellos, 13 trabajadores del muelle- e intervinieron 213 kilos de dicha sustancia. La organización había tejido una compleja red que dificultaba mucho su desarticulación. De hecho, se necesitaron cinco actuaciones policiales para aniquilarlos. El último golpe fue la Operación Espuela; ya que, tal y como recoge la RAE, esa palabra define la "ultima copa que toma un bebedor antes de separarse de sus compañeros". Es decir, esta intervención de la Benemérita supuso la despedida de este grupo delictivo.

Pero el narcotráfico no es la única fuente de nombres imaginativos. La resolución a un secuestro de un hombre en La Línea se bautizó como Operación Enroque, al igual que la única jugada de ajedrez que permite mover dos piezas a la vez, el rey y la torre. Tras recibir la denuncia de la familia, el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) inició las negociaciones para la liberación de dicha persona, sabiendo que a éste lo habían trasladado a Granada, donde permanecía retenido. Las conversaciones dieron su fruto y los secuestradores aceptaron soltarlo. Los agentes desplegaron entonces un dispositivo de seguimiento que se saldó con el arresto de siete individuos en un área de servicio de la A-7, cerca del aeropuerto de Málaga, y de otros tres sujetos en Tarifa. Así, en menos de 24 horas se resolvió una espectacular jugada, que implicó un movimiento simultáneo de piezas [efectivos policiales] por toda Andalucía.

Posteriormente, en febrero de 2010 , saltó a la palestra la Operación Toscana, que sirvió para desarticular una supuesta red de explotación sexual que operaba en clubs de alterne de la provincia. Entre ellos, uno de Los Barrios. Los investigadores denominaron de esta forma a dicha intervención porque uno de los presuntos proxenetas, de origen rumano, acababa de llegar a España desde la región italiana.

Y, volviendo la vista a Tarifa, un intento de robo de cabezas de ganado en la zona rural de Torreplata terminó en 2007 con un menor detenido y otro curioso nombre: Operación Capea. Por su parte, G. S. M., un vecino de Castellar, bautizó otra actuación de la EDOA. Los agentes acabaron con un punto de telecoca de Jimena y este hombre fue uno de los arrestados. Su apodo tituló la intervención: Operación Lalo.

Aunque, según recuerdan fuentes de la Guardia Civil, existen muchos más operativos con apelativos llamativos. La necesidad de desarrollar una actuación veloz dio origen a la Operación Blitzkrieg -guerra relámpago, en alemán-; las noticias de que se produciría un importante desembarco de droga se convirtió en la Operación Normandía; un investigado que mentía muchísimo tituló la Operación Pinocho; una colaboración con fuerzas policiales de Ciudad Real supuso la Operación Quijote; la lucha contra el contrabando de tabaco se tradujo en la Operación Lumbre; y dos reuniones de narcos sirvieron como base para las Operaciones Boss y Congreso. O también la Operación Lilliput, en la que se consiguió aprehender una escasa cantidad de droga.

A su vez, la Operación Hambre se denominó así porque uno de los objetivos repetía constantemente al principio de la investigación "que tenía mucha hambre". Y la Operación Verboom -destinada a la lucha contra el narcotráfico- sirvió como homenaje a este marqués, que diseñó las defensas militares de la Bahía de Algeciras.

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