Félix Grande habla de esa rabia de Paco de Lucía "que nos reconforta"
El poeta, ensayista y crítico ofrece la conferencia inaugural del seminario dedicado al guitarrista universal · En su intervención, evoca el dolor y la humillación que el flamenco sabe convertir en arte y en piedad
Félix Grande dijo ayer que no había habido en la historia del flamenco, hasta hoy, "nadie que le haya metido más cantidad de música, de conocimiento del dolor, de resistencia al dolor y, por lo tanto más capacidad de perdón que Paco de Lucía. Este poeta, escritor, ensayista y crítico español, ofreció ayer noche una magnífica conferencia inaugural de los Cursos de Otoño, en el marco del seminario Tratando de desentrañar a Paco de Lucía, plena de ternura y poesía.
Ante un aforo completo en el salón de posgrado de la Escuela Politécnica Superior, Grande alabó la suerte de esta ciudad de haber podido tener "la infancia de Paco de Lucía", pero también sabiendo que ya "no es sólo de Algeciras, ya es hijo de allí a donde va". Explicó Grande que es sus numerosos viajes siempre puede comprobar "que la adoración, con la que se piensa, se recuerda y ovaciona a Paco de Lucía en Algeciras es la misma que la que se le tiene y se le necesita en cualquier ciudad del mundo".
Hasta llegar a Siroco, era el título de la conferencia de este escritor extremeño, dueño ya de tantos premios, entre ellos el Nacional de Poesía o el Nacional de las Letras. Con la imagen del guitarrista universal de fondo, Félix Grande puso sobre la mesa su poema Criatura de dolor, que forma parte de su último libro, y que supone "una reivindicación del flamenco".
Ese poema remonta el flamenco a los tiempos presocráticos: "quise que el flamenco naciera justo en el momento del nacimiento del universo, en el momento en que el hombre ya sabe que tiene ritmo", dijo.
En su intervención también "plagió" a Rubén Dario, como homenaje a quien, en unos años en que los intelectuales "hablaban con desprecio del flamenco", en sus versos "había olfateado con mucha precisión el flamenco". Igualmente mencionó y leyó algunas líneas de un libro "primordial", escrito por Juan José Téllez, "donde vemos a la madre de Paco de Lucía trabajando como una fiera, desde la infancia".
Hizo un repasó de esa infancia, de la dura vida de la familia, del padre, de la madre, de cuando Paco se sintió "humillado" de esa cara de Paco, de "una rabia que nos reconforma a todos". Habló de ese genio que es capaz de "convertir la resistencia y hasta la venganza, en piedad". El flamenco nació "hambriento de alma y de piedad, humillado y rabioso, desconsolada y todo poderoso", dijo Grande, para quien "esa rabia nos consuela".
Refiriéndose a la obra de Paco de Lucía Siroco (1987), mencionó que "todos estábamos equivocados" cuando decían que después de esta obra el guitarrista "ya no podría dar un paso más". Pero recordando esa obra de De Lucía, reflejó ese sentimiento muy unido a "esas lágrimas de felicidad" de su hija Guadalupe siempre que escuchaba el disco. "Unas lágrimas de dicha, de feliciad de mi hija, que son tan grandes como Paco de Lucía".
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