El Estrecho, el mejor atajo hacia África

Las grandes aves planeadoras tienen que viajar hacia el vecino continente evitando en lo posible el marl Corrientes de aire Las aves de gran tamaño, como las águilas, aprovechan las cálidas corrientes de aire para planear y así consumir menos energía

Un halcón abejero europeo en su vuelo por el Estrecho fotografiado por la fundación Migres.
Un halcón abejero europeo en su vuelo por el Estrecho fotografiado por la fundación Migres.
Elisabeth Gemar / Algeciras

01 de octubre 2010 - 01:00

En septiembre una gran cantidad de especies de aves migratorias usan la ruta del Estrecho en su viaje rumbo a África en busca de temperaturas más cálidas. Esta ruta se convierte en obligada para las especies de mayor tamaño, que no tienen más remedio que usar el Estrecho para alcanzar el continente vecino.

De hecho, esta zona está considerada entre las siete principales áreas de concentración de aves migratorias en el mundo. En ella confluyen la rutas migratorias de 700.000 aves de 380 especies diferentes.

El mes que acaba de terminar es, por ende, la época perfecta para que los ornitólogos del Estrecho se pongan las botas con avistamiento de una gran cantidad de aves migratorias.

Tal y como explica Francisco Montoya, del colectivo ornitológico Cigüeña Negra, "en septiembre, al igual que en mayo, confluyen una serie de factores que hacen del Estrecho un lugar especial. Muchas especies inician su viaje hacia África, como por ejemplo el halcón abejero, mientras que muchas otras, como la cigüeña blanca, que ya marcharon al otro continente en junio, emprenden la vuelta. Todo esto se junta además con las aves autóctonas que viven toda o gran parte del año en la zona". Las aves más vistosas son las de gran tamaño que se desplazan planeando.

Estos animales aprovechan las corrientes térmicas ascendentes que produce el sol al calentar la tierra para planear. Estas aves no tienen otro remedio que viajar al continente vecino a través del Estrecho, ya que es donde encuentran la menor concentración de mar posible. El problema es que sobre la masa acuática las corrientes térmicas no existen, y no pueden planear, por lo que se cansan mucho al tener que batir unas alas de gran envergadura para sostener el vuelo.

Muchos ejemplares se asustan cuando ven el mar, lo que les hace girarse y hacer piruetas en el aire, otro factor que atrae en gran medida a los espectadores, explica Montoya. La comarca, preparada de sobra para estos acontecimientos, cuenta con distintos observatorios repartidos entre Tarifa, Algeciras, San Roque y Los Barrios.

Eso sí, en función del viento y las condiciones climatológicas, será necesario desplazarse hasta uno u otro. Si el viento es de levante será mejor dirigirse hacia Tarifa. Todo un mundo planea por encima de las cabezas de los campogibraltareños.

Envía tus convocatorias a viviraqui@europasur.com

stats