Detienen en el CIE al patrón de una patera que fue hallada en Motril

El joven, de nacionalidad gambiana, se hace pasar por uno de los ocupantes de la embarcación pero es descubierto

Redacción / Algeciras

21 de septiembre 2012 - 01:00

La Policía Nacional informó ayer de que agentes de la comisaría de Algeciras lograron la detención de un joven natural de Gambia, de 24 años de edad, acusado de ser quien el pasado día 10 de este mes pilotaba una patera interceptada en Motril con un total de 42 personas subsaharianas, encontrándose a bordo a dos menores de cuatro y cinco años de edad.

Los Servicios de Salvamento Marítimo de Granada avistaron en la costa de Motril una embarcación neumática de unos seis metros de eslora, con un motor de treinta y cinco caballos de potencia, cuando se encontraba a la deriva, siendo todos los ocupantes trasladados a tierra firme, donde pudieron ser socorridos.

Las investigaciones llevadas a cabo por la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif), enmarcadas dentro de la operación Piélago, determinaron que el citado detenido presumiblemente formaba parte de una organización criminal con base en Marruecos, dedicada a la introducción de inmigrantes ilegales por vía marítima, integrada por marroquíes y subsaharianos.

En un principio fue trasladado con toda la expedición de rescatados hasta el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Algeciras. Con posterioridad tanto la Ucrif como los agentes de Algeciras fueron estrechando el cerco hasta lograr la plena identificación de que quien responde a las iniciales L.S. era quien había comandado la neumática.

Con las manifestaciones de los tripulantes y testigos se pudieron conocer pormenores de la travesía, como que el estado de la mar fue empeorando a medida que se acercaban a las costas españolas, temiendo incluso por sus vidas, cuando la pequeña barca pudo volcar en numerosas ocasiones debido al exceso de ocupantes, máxime cuando este tipo de embarcación sólo son aptas para cuatro o cinco pasajeros.

Un grupo de tiburones (posiblemente tintoreras o marrajos) golpeaban la embarcación con sus colas, provocando episodios de pánico entre los 42 ocupantes, describiendo esto como su peor momento, ya que estuvieron a punto de naufragar.

Por lo que respecta al tema económico, a cada viajero le habían cobrado hasta 1.200 euros por emprender la peligrosa travesía, lo que significa que los organizadores se embolsaron casi 50.000 euros en total.

El detenido, junto con las diligencias instruidas, pasó a disposición de la autoridad judicial competente, que decretó su ingreso en prisión.

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