Corral plasma en su exaltación la devoción a la Virgen del Buen Fin
El linense mezcla la prosa y la poesía para confesar en el Corpus sus vivencias
El linense Francisco Corral plasmó ayer en su exaltación a la Virgen del Buen Fin la devoción que supone en los ciudadanos esta imagen. Hubo mucho sentimiento en sus palabras y también muchos recuerdos como cuando nombró al costalero del Silencio Mauricio Gallego, fallecido recientemente. "Mi buen amigo que supo conservar siempre en sus ojos la inocencia de un niño". A él y a la cuadrilla del palio del Buen Fin les dedicó su discurso.
Francisco Fernández esbozó su presentación parte del extenso currículo de Corral, muy vinculado a la Semana Santa. "Paco ha sido de todo: monaguillo, anunciante, costalero, prioste, vestidor, relojero y campanero oficial de la parroquia de la Inmaculada". Actualmente es vicehermano mayor de la hermandad del Cristo de la Misericordia y de María Santísima de la Amargura.
El exaltador mezcló en su alocución, que tuvo lugar en la iglesia del Corpus Christi, la prosa, la poesía, la música de la coral de la Inmaculada Concepción y la verdad de las saetas.
Hubo espacio para lo bíblico, partiendo de un fragmento del Libro del Génesis, y la Virgen del Buen Fin fue el foco en el que se centró. "Mi única pretensión es hablar de la Virgen. Lo hago desde la devoción que a ella le profeso y de los lazos de fraternidad y amistad que a vosotros me unen".
Dejó sus impresiones sobre el Domingo de Ramos en el que la titular del Corpus sale a la calle. "Una Virgen que protege con su manto azul a este barrio marinero, barrio de trabajadores y gente sencilla". También abrió su corazón para contar sus experiencias como pabilero de palio. "Este exaltador recordará siempre la primera vez que tuvo la suerte inmensa de ir toda la noche del Domingo de Ramos pegado a los respiraderos de su palio, viendo como por momentos el semblante de la Señora iba cambiando conforme las horas pasaban y las luces y sombras iban dándole diferentes matices a su bendito perfil". Se emocionó al contar vivencias junto a los arbotantes del palio. "No puedo expresar con palabras los sentimientos que van empapando mi corazón... Es un lugar privilegiado".
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