Comerciantes de las Galerías Regina proyectan un búnker

Instalan cámaras de videovigilancia que sirven de efecto disuasorio para evitar robos y actos vandálicos y denuncian la escasa o nula presencia policial en la zona

E. Correa / Algeciras

25 de abril 2010 - 01:00

Un búnker según el diccionario de la Real Academia Española es un fortín, un refugio para protegerse de los bombardeos.

Eso es lo que parecen a priori las Galerías Regina. Los propietarios de los comercios del pasillo que une la calle Ancha con la Plaza Neda han decidido actuar para poner freno al vandalismo. Tras permanecer impasibles ante el abandono que sufría la zona aunque criticando eso sí, la falta de seguridad de la que culpaban al Ayuntamiento y que servía de caldo de cultivo, el cansancio y la certeza de que nada cambia si uno no toma sus propias iniciativas ha servido para que al menos intenten cambiar las cosas.

A simple vista la imagen del corredor ha dado un giro de 180 grados. No obstante, in situ aunque el lavado de cara ha sido efectivo las cosas -dicho por los que desarrollan su actividad en la zona- tampoco han cambiado demasiado.

El plan llevado a cabo en las galerías ha consistido principalmente en pintar y decorar con maceteros las paredes. Además hay pegatinas que advierten de que la zona está videovigilada y de hecho, hay dos cámaras instaladas. La medida, que resulta disuasoria, no ha obrado el milagro ya que ni las cámaras han impedido que los jóvenes realicen pintadas o dejen sus nombres grabados en la pared en un ejercicio que es una mezcla de aburrimiento y de mala educación.

Asimismo, la comunidad también ha eliminado las ventanas del pasillo que estaban rotas desde hace mucho tiempo y que servían para colocar tablones publicitarios. Ahora las han sellado con placas metálicas.

La queja principal de los comerciantes siempre ha sido el vandalismo que sufren. Tampoco es la primera vez que el colectivo denuncia la escasa o nula presencia policial en la zona. "No pedimos que la Policía Local esté perenne, pero si una pareja se diera un paseo de vez en cuando se evitarían muchas cosas", reconocen los afectados. Juan Jesús posee una peluquería aunque en la parte de la galería más escondida. Este profesional que sufrió un robo en su local hace tiempo, confiesa que la zona está mejor que antes pero que la falta de vigilancia sigue siendo una asignatura pendiente.

"El sábado por la mañana esto está lleno de bolsas de comida rápida y restos de orina pero claro, los policías no aparecen", sentenció. La comunidad de propietarios ha corrido con los gastos de mejora de la galería aunque algunos comerciantes revelan que el Ayuntamiento ha colaborado en las tareas.

Manuela Vidal, encargada de El Caballo, va más allá y aunque reconoce que la zona ha mejorado augura que en seis meses puede que todo vuelva a estar como antes. De hecho, ya hay pintadas en casi todas las placas metálicas y si el vandalismo no se corrige lo conseguido volverá a estropearse. "En invierno esto está peor que cuando llega el buen tiempo. Otro problema es que a veces hay pandillas que se sientan en las escaleras y no dejan pasar a nadie. La juventud está a su bola. El pasado viernes algunos empezaron a grabar sus nombres, llamamos a la Policía pero no vino nadie", dijo indignada. La galería se cierra de noche. El encargado del bar La Perseverancia se encarga de echar las rejas. Además, la juventud ya no hace botellón, un hecho que alegra a los comerciantes. Antonio, encargado del bar, subraya que la Policía Local apenas pasa. "Hay muchos agentes pero no se ven aunque tampoco aparecen los nacionales", insistió. En la peluquería Carex, Eusebio sí defendió que desde que se puso la reja, la seguridad ha aumentado. "Esto estaba fatal antes pero ya no", afirmó.

El cambio de aire en la galería es evidente. Pero todos saben que el milagro sólo durará si hay interés por conservarlo.

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