Belén se traslada a Pelayo

El espíritu de la Navidad se ha instalado en Pelayo. La asociación de mujeres que se propuso convertir la barriada en un Belén viviente tiene la culpa.

Los vecinos no se han puesto límites ni escatiman esfuerzos. Muchísimos se han sumado a un proyecto de envergadura del que no existe precedente en la zona. Es tiempo de Navidad en Pelayo. Hay herramientas por todos lados. Pepe Clavijo ejerce de director de orquesta y ha cedido parte de su finca. La gente está disfrutando pese a haberse metido en un berenjenal. Pelayo entero se ha puesto las pilas. Llevan dos meses trabajando un Belén que se inaugurará si Dios quiere el próximo 8 de diciembre e incluso hay gente implicada que ni es de Pelayo como el carpintero Manolo Parra.

Las mujeres acuden todas las tardes a coser los disfraces para todo el elenco de actores. "Hay que disfrazar hasta las farolas para que no se vean", explica Pepe mientras dos hombres rodean una con palmas. En el jardín ya se ven antorchas. Todas las luces se anularán y se sustituirán por indirectas. Muchos manitas hacen falta para dar vida a un Belén. Y en Pelayo no faltan. Además, muchas horas extras son necesarias para culminar un proyecto que hará más grande a Pelayo y a sus habitantes.

Los hombres andan liados estos días con la panadería, sólo faltaba que en Pelayo obviaran el pan que les hace famosos. Otros trabajan en la herrería y ya han restaurado la fragua cedida por Andrés Cózar.

Los vecinos han hecho un casting aunque el papel de la Virgen se ha sorteado. "Le ha tocado a mi sobrina aunque hay dos sustitutas", explica Clavijo. Tres pequeños de Pelayo harán el papel principal, el del Niño Jesús. Por supuesto el relevo está garantizado para un pesebre que es una obra de arte. A las seis de la tarde hay medio centenar de personas preguntando qué hacen. Es el secreto para culminar el sueño de la Navidad.

Al Belén le darán mucha vida y por supuesto serán necesarios animales de carne y hueso. Hay más de 20 gansos que ya tienen cuadra para que no se escapen, habrá ovejas, cabras, chivitos, gallinas y cómo no, un burro que simula la mula y una vaca en el papel estelar del buey. "Nos han ofrecido un poni pero hemos pensado que no porque muerden", comenta Clavijo entre risas. También habrá niños haciendo de leñadores y hasta pescadores así como un puesto de castañas. Cada uno tiene una misión concreta y una cosa muy clara, el realismo sólo se logra si los coches no llegan hasta el belén. Como el Misterio pierde mucho sin banda sonora el pediatra Gustavo Peñalva se ha propuesto montar un coro. Y mujeres que no han cantado en su vida no lo han dudado. Hay cuatro hombres y una docena de mujeres a dos voces. "Ya viene la vieja con el aguinaldo, le parece mucho, le viene quitando", se oye de lejos y pone los pelos de punta.

Las mujeres están ilusionadísimas y no digamos los niños. "Hemos puesto una condición, si hay niños actuando las madres deben estar disfrazadas también porque no se puede estropear el espectáculo", defienden. Las amas de casa además prepararán pestiños, tortas y mantecados para los visitantes. Pelayo no recibe ayuda para montar el Belén aunque hay donaciones como la del presidente del Club de Golf La Cañada que cederá los ingredientes para los dulces. Andrés, de la venta El Frenazo, aportará una caja de anís y hasta el farmacéutico ha preguntado qué hace falta. Pepe Clavijo no quiere que nada salga mal y ya ha puesto en aviso a la concejal Cristina Garrido para que la Policía Local y Protección Civil controlen el tráfico. "Si viene mucha gente no habrá suficientes tortas y le hemos pedido a Festejos unas cajas de mantecados. Nos han dicho que hay poco dinero", desvelan no sin garantizar que en Pelayo habrá dulces para todos.

Los vecinos confiesan que ya les ha compensado el esfuerzo y eso que todavía no han visto el resultado. Más de 30 mujeres se reúnen cada tarde a coser. Entre ellas, Trinidad Escalona, presidenta de la asociación. Y es que hace falta vestir a unas 80 personas. Los vecinos han comprado las telas en el mercadillo y otros, como señala una mujer que se suma a la reunión, en la tienda de Mari.

El espíritu de la Navidad ha llegado a Pelayo antes que a ningún otro sitio. Y eso que es difícil ver en los tiempos que corren a gente unida e ilusionada. Los visitantes deberán subir caminando. De hecho, habrá actores en la cuesta para que nadie se pierda. No obstante, dos arcos, uno arriba y otro abajo, darán la bienvenida y ya trabajan en sendas estrellas iluminadas. Para que sea perfecto, confían en que la Policía les ayude a desviar los coches hacia abajo.

En Pelayo todo parece bíblico. El tiempo se ha detenido. El premio a tanto esfuerzo dicen que ya lo han recibido como si fuera preferible el camino a la posada. En cualquier caso, lo más importante es llegar a Belén, perdón Pelayo, y que mucha gente pueda verlo y disfrutarlo.