Barroco popular, marco del gran complejo hospitalario

El primero de julio de 1748 el obispo de Cádiz otorgó licencia a la hermandad de la Caridad para construir un hospital. Ese mismo año se inicia su construcción, quedando a disposición una de las salas de la parte alta en 1752, cuando se instalaron los primeros enfermos, si bien la obra concluyó en 1768. El hospital tuvo cementerio propio en un patio, donde según Manuel Pérez Petinto, en su Historia de Algeciras, se construyó después una vivienda particular.

Una parte está ocupada actualmente por la Fundación Municipal de Cultura José Luis Cano, otra por la Coordinación General del Estado. El complejo hospitalario se completa con una capilla, cuya obra se terminó en 1754. En enero de este año ha cumplido, por tanto, 257 años, según recordaba recientemente Manuel Tapia Ledesma.

El edificio del antiguo hospital y de la capilla de San Antón está catalogado como grado 2 en la relación del Plan General Municipal de Ordenación y como tal dispone de elementos clasificados como "de notable interés arquitectónico".

La capilla cuenta con una única nave siendo su portada muy sencilla. Según recuerda Petinto, "dado que durante el siglo XVIII y XIX las funciones portuarias se desarrollaban en el río, desde sus orígenes la gente de mar mostró predilección por esta capilla, en la que además se encontraba presidiendo el altar mayor una imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros". Tapia Ledesma menciona datos sobre "la desaparición en el templo de objetos e imágenes de valor" a finales del siglo XIX.

"Entre 1780 y 1783, con motivo del bloqueo de Gibraltar por la escuadra mandada por Barceló, los oficiales y marineros de la flota la hicieron centro de sus devociones", sigue recordando Petinto. Por entonces, se instituyó la hermandad de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna y Virgen Santísima del Carmen. Cuando se instalaron las hermanas de la Caridad, religiosas Concepcionistas en el hospital se realzó el culto, llegándose a crear "una junta de señoritas" para restablecer "el antiguo esplendor del culto". En 1935 se erigió en parroquia.

En cuanto al hospital, este responde a los modelos hospitalarios con crujías sobre arcadas y techos de armaduras de madera alrededor del patio. El elemento más interesante es la escalera, construida entre dos patios. Según se recoge en la colección Historia de Algeciras, coordinada por Mario Ocaña, en su tomo 3, cabe la posibilidad de que en las obras de la escalera se usaran planos del Maestro Afanador, Pedro Luis Gutiérrez de San Martín. Allí se establece una casa de expósitos para la acogida de niños.

La Guerra de la Independencia supuso una sobreocupación y no hay que dejar aparte las dificultades económicas para su manutención durante el siglo XIX. Aquí aparece un gran benefactor: el doctor Buenaventura Morón González. Su cuñado, Joaquín Ibáñez Cordón, costeó reformas significativas que se realizaron en el año 1928, a instancias del primero.

Manuel Correro, presidente de La Trocha, recuerda que en 2001 decidió alertar al Obispado y a la Delegación Provincial de Cultura sobre "el preocupante estado de conservación" de la capilla debido a unas lluvias. En 2002 se produce un derrumbe que afectó a las vigas, adjudicándose entonces las obras por vía de urgencia. El templo fue reabierto el 18 de enero de 2004, tras casi un año de obras, que costaron 150.000 euros.

Lo que hoy ocupa la oficina del coordinador de la Administración General del Estado (AGE), antes municipal al igual que el resto del edificio, se cede a este organismo. Anteriormente lo había ocupado el Centro de Salud Mental. La reforma concluye en 2007. Si bien la fachada del inmueble se mantuvo, todo el interior se derribó y su antiguo patio de mantiene, pero colgante.

Por lo que respecta al resto del conjunto, utilizado como centro de cultura municipal, según recordó La Trocha, en 2006 se realizaron reformas debido a filtraciones de agua. Posteriormente en 2008 se hicieron obras en el exterior del edificio, rastaurándose la escultura de José Román. Después, se procedió a trabajar en el mantenimiento y conservación del edificio, consistente en impermeabilización de cubiertas y reparación de la bóveda de metacrilato. Todo ello a cargo de los fondos de Estabilidad y con un presupuesto de 81.000 euros. El interior fue remodelado y desde entonces también acoge la Escuela Oficial de Idiomas.