Arjona recuerda su infancia en un pregón hecho cuento
El artista deja de lado el humor para recorrer su ciudad, de la que lamenta la falta de cines
El humorista algecireño Diego Arjona fue ayer el encargado de pregonar la Feria Real 2011. Una responsabilidad para la que dejó aparcada su faceta humorística. Así lo advirtió desde el principio: "El humor sólo es un trocito de Diego Arjona y el trocito que predomina es el de algecireño". Así, el artista procedió a contar una historia, haciendo del pregón un cuento, que llevaría a los asistentes a viajar por los recuerdos de su infancia en la ciudad. Un relato en el que no faltaron las referencias a la falta de cines en Algeciras.
Arjona tituló el cuento como Algeciras y comenzó en un aeropuerto en el que Javier, el personaje de la historia, se disponía a regresar a su pueblo tras 20 años fuera. El pregonero fue describiendo pasajes de las ciudad, sin cortarse a la hora de criticar algunos aspectos de la misma, pero sobre todo resaltando los lazos que le unen a ella. Así, describió la emoción de su personaje al ver desde la ventanilla del avión, ya aproximándose a Gibraltar, la playa de El Rinconcillo que le vio nacer. También recordó cómo intentaba cruzar a nado y con sandalias el río Palmones o la "brisa que desprendía la playa de Los Ladrillos antes de que se convirtiera en estercolero".
Arjona llevó de la mano a su personaje en un paseo por la ciudad, recordando al pasar por la rotonda del Milenio sus peripecias en la Feria a bordo del barco vikingo o los variopintos ingredientes de las hamburguesas de Tere y su Tartana. También ironizó sobre cómo habían brotado las rotondas en la ciudad durante su ausencia y se entristeció al ver cómo sólo quedaban ruinas en lo que era el polideportivo El Calvario. Arjona (o Javier) añoró sobremanera sus momentos mágicos en los cines Magallanes y Lis, que lo llevaron a dedicarse a su profesión. El pregonero se hizo acompañar por un pintor que trazó sus pensamientos en un lienzo. Cuando ambos acabaron, la obra dibujó a un niño sentado observando una pantalla de cine de sabanas blancas. "Esta película tiene un final feliz. El orgullo que siente este aspirante a director de sueños de pregonar la Feria de Algeciras", clamó al cielo Arjona al finalizar esta historia tan personal. El alcalde, que le agradeció que viniera "gratis", y Cid le entregaron una placa y un obsequio en agradecimiento.
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