Algeciras

Alumbrando la entrada de la Bahía

  • El faro de Punta Carnero fue proyectado por Jaime Font en 1864, pero construido en el año 1874. Depende de la APBA

Fiel a su objetivo primitivo, el faro de Punta Carnero se recorta majestuoso sobre un perfil abrupto, vigilante y oteando el horizonte. Emplazado en la punta del mismo nombre, en el término municipal de Algeciras, fue proyectado por Jaime Font en el año 1864, si bien se inauguró en 1874. Se trata de una torre cilíndrica de sillería de arenisca, de color amarillo, con basa y remate de cornisa sobre ménsulas. Su fuste es una réplica a menor escala del faro de Chipiona.

El faro se alza sobre un basamento formado por un edificio bajo de servicios y antiguas viviendas. Cuenta con una azotea plana. En cuanto a ornamentaciones, destacan recercados y aplilastrados de piedra y paramentos blancos. Como el resto de los cinco faros en activo del Campo de Gibraltar, el de Punta Carmero es un Bien de Interés Cultural (BIC). Por tanto, está protegido.

La linterna de Punta Carnero ya no se alimenta de aceite de colza, petróleo, acetileno o electrogas. Todo ello se ha ido sustituyendo con el paso del tiempo hasta llegar a los grupos electrógenos, de los que dispone desde el año 1973. Entonces contaba también con un sistema de reserva con gas.

La figura del farero, solitario, ya dio paso hace años a los técnicos en Señales Marítimas. Hoy son titulados en informática o en electricidad. Con la entrada en vigor de la Ley de Puertos y de la Marina Mercante en el año 1992 los faros pasaron a depender de las autoridades portuarias, antes era el Ministerio de Obras Públicas su gestor. Fue entonces cuando la función del farero o torrero pasa a ser ejercida por los técnicos. Los faros se van deshabitando. Las ayudas a la navegación en este faro se monitorizaron, controlándose telemáticamente desde el año 1997.

Para acceder al epicentro del faro, a su linterna, hay que atravesar un patio interno que conduce a unas estrechas escaleras de caracol. Es como subir al torreón de un castillo. Tras ella, una escala de metal nos lleva hasta la bombilla alógena de mil vatios con la que, cada noche, extiende su largo manto de luz blanca en 360 grados. El destello puede observarse desde 16 millas náuticas. La luz la enciende un reloj astronómico. Todo ello, a 19 metros de altura, que llegan a ser 42 si se mide ésta desde el nivel del mar. El sistema de cristales se completa con una pantalla roja, que sirve para señalar el bajo de la Perla. En este caso, el alcance de la luz es de 30 kilómetros.

El presidente de la asociación La Trocha, Manuel Correro, destaca el buen estado en que se encuentra el faro, catalogado como grado 3 por su interés arquitectónico. Recuerda, cuando en el año 2000 se realizaron obras de rehabilitación.

El objetivo era reparar el interior de la torre y la parte superior de la misma. Entonces, era evidente la corrosión de la infraestructura metálica de la escalera y la barandilla, lo que venía afectando a la mampostería interior de la torre. La encargada de realizar los trabajos fue la empresa Delta 9, especializada en este tipo de trabajos, operación que fue adjudicada por la Autoridad Portuaria de la bahía de Algeciras.

Los faros tienen un gran valor histórico por lo que el mantenimiento es continuo por parte de los técnicos, no sólo en lo que respecta a las torres, cuya fisonomía está protegida, sino también y muy importante la propia linterna, la óptica del faro, los focos.

Según destacan fuentes de la Autoridad Portuaria, hacia el año 2002 también se realizaron otros trabajos de rehabilitación, en este caso de la fachada, las puertas y las ventanas. El faro de Punta Carnero es el único de los cinco de la comarca en el que la vivienda adosada está habitada por uno de los técnicos.

Haciendo un poco de historia, La Trocha recordó que desde 1608 hubo una torre almenara en Punta Carnero, aunque no exactamente en el mismo sitio sobre se alza hoy el faro. Esta almenara permaneció allí en ruinas hasta el siglo XIX. También se edificaron unas instalaciones militares de las que aún se observan algunas ruinas. Fue en 1864 cuando se tomó conciencia de la necesidad de un faro para ayudar a la navegación de los barcos, aunque no fue un hecho hasta 1874.

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