Algeciras conoce a Cayetano en la apertura de las jornadas taurinas

El diestro se muestra cercano ante los aficionados que llenan el edificio La Escuela

Cayetano Rivera Ordóñez, ayer en el edificio La Escuela.
Cayetano Rivera Ordóñez, ayer en el edificio La Escuela. / Fotografías: Erasmo Fenoy
D. C.

Algeciras, 06 de junio 2017 - 02:03

El torero Cayetano Rivera Ordóñez fue el encargado de inaugurar ayer las XXXII Jornadas de Tauromaquia de Algeciras, tradicional prólogo a la Ferial Real y la Taurina de la ciudad. Cayetano habló de su trayectoria y se dio a conocer entre los aficionados algecireños.

El edificio La Escuela se llenó para escuchar al diestro, en una conversación mantenida con el periodista José Manuel Laza. Con anterioridad el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, impuso la insignia de la ciudad al matador y recordó que su padre, Paquirri, fue uno de los que inauguró Las Palomas en 1969.

El matador cuenta que los apellidos ayudan, pero que también son una responsabilidad

Cayetano decidió hacerse torero con 27 años. Reconoció que le imponían los apellidos, que ayudan a abrir puertas, pero que suponían una "responsabilidad". "Uno no puede llegar y hacer el ridículo", expresó. No se quiso quedar con la duda de si lo podría conseguir, y dio ese paso. "Nadie pensaba que pudiese llegar a nada", relató el torero, que destacó la importancia que ha tenido en su carrera su apoderado, Curro Vázquez.

Curro Vázquez es quien le dice que hay que estar preparado siempre para seis toros y por eso se prepara físicamente.

La temporada pasada ya toreó algunas corridas, aunque la presente se puede considerar la de su vuelta tras dos años de retiro voluntario. "Es una vuelta complicada por los intereses de las empresas con sus toreros, que es un circuito cerrado", señaló, pero también remarcó que es un año de ilusión. "Es un privilegio poder estar en las mejores plazas", dijo quien estará en Las Palomas el sábado 24.

Cayetano, que se definió como una persona normal pese a que ser torero no lo es, recibió el cariño de la afición de Algeciras, que no perdió detalle de todo lo que contó y le agradeció haber hecho hueco para el rato de ayer.

El diestro también se encontró con un grupo de antitaurinos a su llegada.

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