La Asociación de Emprendedores del Patrimonio Algecireño AEPA ha acercado dos símbolos patrimoniales de Algeciras al grupo de participantes en la Conferencia de Directores de Escuelas de Ingeniería Civil Españolas que se ha celebrado esta semana en la ciudad. 

El Mercado Ingeniero Torroja y el reloj munumental de la torre de la Iglesia de la Palma han sido los escenarios visitados por los ingenieros, acompañados por las explicaciones de los integrantes de AEPA. 

En el Mercado Ingeniero Torroja la presentación de la visita ha corrido a cargo del directivo de AEPA Antonio Gil, anterior presidente de la entidad, en representación del actual presidente, Roberto Godino, quien no pudo acudir a la cita. El ingeniero de AEPA Francisco García ha sido el encargado de exponer a los visitantes las características de la construcción del mercado que en su día supuso un hito de la ingeniería.

Al encuentro también han asistido otros miembros de AEPA como José Luis Pavón Manso (vicepresidente y relojero mayor de la Palma), así como los vocales Carlos Collantes, Benjamín Calvo y Juan Barreno.

Tras el recorrido por el mercado y sus principales características patrimoniales, el grupo ha subido a la torre de la Iglesia de la Palma para contemplar la maquinaria del reloj. En este caso, ha sido José Luis Pavón Manso, el relojero encargado del mantenimiento, el encargado de dar las explicaciones sobre la historia de la maquinaria y el proceso de restauración de 1998 en el que hubo que limpiar las 3.972 piezas de las que se compone. 

El Mercado Ingeniero Torroja

AEPA 2015 explica que la génesis del mercado se remonta al año 1819, cuando se organizaron los puestos en la zona baja de Algeciras, donde hoy mismo está el mercado. Su aspecto era como el de los mercadillos actuales.

En 1829 se construye un nuevo mercado en el lugar donde se encuentra actualmente el Instituto Ventura Morón. Este edificio nunca llegó a utilizarse como mercado, se dedicó a otras actividades, ya que su ubicación no fue la más idónea, la gente tenía miedo a acudir hasta allí al tener que atravesar la carretera nacional que estaba situada a su lado.

En el mes de diciembre de 1933 el Ayuntamiento aprueba la construcción de un nuevo mercado mediante el proyecto presentado por un joven ingeniero madrileño, Eduardo Torroja Miret. Este ingeniero que da nombre al mercado de Algeciras realizó su trabajo en compañía del arquitecto Manuel Sánchez Arcas. En junio de 1934 comenzaron las obras y a finales de 1935 habían concluido.

Un momento de la visita al mercado.

El edificio es de forma octogonal con 18,20 metros de lado. La cubierta está formada por una cúpula laminar de hormigón sin apoyos internos de 47,76 metros de diámetro y 44,10 metros de radio de curvatura, tiene 9 cm de espesor en su zona central y 50 en la zona de unión a los pilares. En el centro se sitúa una claraboya de 10 metros de diámetro formada por elementos de hormigón y cristales triangulares. La cúpula descansa toda sobre 8 pilares periféricos quedando volada en forma de visera de bóveda cilíndrica en los tramos intermedios que distribuyen el peso a los apoyos al tiempo que deja paso a la luz interior. Los pilares se encuentran ceñidos por un cinturón con dieciséis redondos de 30 milímetros, (atrevimiento técnico que luego repetiría el ingeniero Torroja en las viseras del hipódromo de la Zarzuela de Madrid), que se tensaron antes el encofrado de la cúpula, provocando el levantamiento de la estructura original de ésta. Reforzando la estructura en la parte alta de los pilares se sitúa un cinturón tensor compuesto por 16 varillas de acero que se continúa con un mallado del mismo material en toda la cúpula, protegido por un segundo encofrado.

La entrada se efectúa por cuatro de las caras del octógono, opuestas dos a dos formando dos calles octogonales de circulación interior que se cruzan en el centro. La organización en planta central permite que los puestos de venta se dispongan en círculos concéntricos, así como los pasillos por los que se accede a ellos.

La cúpula del mercado Ingeniero Torroja de Algeciras sin sostenimiento interior, fue la más grande de la historia durante 30 años (1935-1965), hasta que se construyó el estadio Astrodome en Houston (Texas, Estados Unidos).

El reloj monumental de la Iglesia de la Palma

El reloj de la torre de la iglesia de la Palma de Algeciras fue obra de George Gram quien lo construyó en el año 1771. Se instaló en la otre en 1804 que fue cuando finalizó la construcción de la torre. Su precisión es asombrosa y puede permanecer meses sin ningún ajuste. La sonería se compone de cuartos y horas, ésta con repetición a los 70 segundos, según detallan desde AEPA 2015.

Este reloj fue restaurado en 1998 por un equipo de restauradores bajo la dirección del relojero mayor de Algeciras, José Luis Pavón Manso. Su maravillosa maquinaria consta de 3.972 piezas, todas tratadas una a una, las más delicadas como la clavija y la noria-escape, han sido limpiadas con ultrasonidos para evitar cualquier daño y respetar por completo su construcción.

José Luis Pavón da explicaciones sobre el reloj de la Palma.

El tipo de reloj es mecánico de tres carretes, movimiento, sonerías de cuartos y toques de horas completas. Las medidas son bancada horizontal en hierro fundido 2.310 mm. De longitud, 710 de anchura y 740 de altura. El peso del reloj es de 2.200 kg.

Está construido sobre un escape de clavijas inventado por George Graham, tiene un péndulo o lenteja de una longitud de un metro por lo que cada oscilación dura un segundo. Las esferas están elaboradas en metacrilato, los números son de bronce hechos a mano por el maestro Jaime Pérez Ramos, profesor de la Escuela de Artes y oficios de Algeciras.

El habitáculo del reloj se ha revestido con duelas de pino rija formando en su entrada el camarote de un yate, con su sala de máquinas en el piso superior, terminado con un lacado de barniz marino.

Este reloj es uno de los relojes más antiguos de Europa, más antiguo que el de la puerta del Sol (1866) y más antiguo que el propio Big Ben de Londres (1854).