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El San Roque rompe por fin el maleficio

  • Los rojillos celebran en Cartaya su primer triunfo fuera en 21 meses

El vestuario rojillo festeja la victoria, ayer en tierras onubenses.

El vestuario rojillo festeja la victoria, ayer en tierras onubenses. / e. s.

Se acabó la maldición de una vez por todas. El CD San Roque logró la victoria ayer en Cartaya y acabó con una racha negra de unos 21 meses sin festejar un triunfo liguero lejos de casa.

David Guti rompió el hechizo de un equipo que no ganaba a domicilio desde febrero de 2016, con él en el banquillo y en Tercera división. El San Roque se adelantó por dos veces antes del minuto nueve y luego nadó y guardó su tesoro ante un Cartaya que lo intentó todo para remontar, hasta que llegaron los cambios.

Cuando tienes una herida todos los golpes posteriores van al mismo sitio, por lo que el dolor, a veces, se hace insoportable. Eso le ocurrió al Cartaya, con cicatrices de guerra por todo su cuerpo y va el San Roque y le mete los dedos con toda la saña del mundo. A los nueve minutos de partido, el conjunto de Gandarias ya iba palmando 0-2 como el que no quiere la cosa. A ese tiempo, los muchachos de Mikel eran un flan o un fantasma, que viene a ser casi lo mismo. El caso es que si algo podía salir mal, la vida para el Cartaya era un suplicio.

Tuvo que encajar dos goles para percatarse de lo que se jugaba, una final en toda regla, el equipo y el entrenador. Cheíto y Loren pusieron la pegada rojilla. Y así llego la reacción, a los 25 del partido, con el gol de Javi Vela que metió a los locales en el sendero verde esperanza, porque cambió tanto el viento que ya el San Roque no parecía lo que fue al principio ni el Cartaya tampoco.

A la salida de vestuarios el entrenador local no hizo modificación alguna porque el Cartaya dejó la impresión de que iba por el buen camino. Así el asunto, las tuvo el conjunto rojinegro con dos acciones que se cantó gol en la grada. Una del portugués Carrera y otra de Javi Vela. Todo eso fue quedando en agua de borrajas, sobre todo porque los cambios en el Cartaya iban a determinar el resultado final del partido.

El primero que sorprendió fue el de José Mari, un puñal por la banda izquierda que fue sustituido por Novoa. A no ser que el futbolista pidiese el cambio, no se entendió su sustitución. Luego vinieron otros, como por ejemplo el de Cano, frío como el mármol y para jugar en una posición que no es la suya. Salió Lolo y luego Mikel deshizo todo para retirar a Carrera y dar entrada a Guille. Para entonces todo era un rompecabezas sin sentido. Es más. El San Roque resucitó como alma que lleva el diablo. Se descolocó Mario, Pereira y el equipo se desconectó en la parte decisiva del choque, lo que le condujo a, probablemente, la derrota más dolorosa en lo que va de temporada.

El de ayer pudo ser el último partido de Mikel Gandarias en el banquillo del Cartaya. El técnico ya estaba en duda.

El San Roque de Guti pega el ansiado salto adelante en la clasificación del grupo I de la División de Honor Andaluza. Los rojillos se ponen sextos con 20 puntos, a seis del imparable líder Xerez DFC. El equipo de Guti encadena dos victorias y tres jornadas sin perder a pesar de las muchas bajas.

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