Pepe Barroso: el pintor con música de fondo de Manolo García

El polifacético artista algecireño, con una larga trayectoria, comparte sus sensaciones con el mundo del deporte, que le es ajeno

González y Barroso, con el cartel inaugural del pabellón de Algeciras, obra de éste.
González y Barroso, con el cartel inaugural del pabellón de Algeciras, obra de éste.
J. Manuel Serrano Los Barrios

30 de noviembre 2016 - 02:04

Reconocido pintor de larga y premiada trayectoria, Pepe Barroso (San Roque, 1955) coincide con su contertulio deportivo en que ambas tareas -la de artista y la de entrenador- suelen tener a la soledad como compañera de viaje: "Yo a la soledad la combato en mi estudio, pintando y con la radio sonando de fondo. La música de Manolo García es buenísima para concentrarme, me da muy buen rollo. Escuchándolo siempre me han pasado cosas buenas".

Aparte de sus habilidades con los pinceles, Barroso es un conversador apasionado. Eso le hace encajar perfectamente en este formato periodístico, muy entretenido y en el que se entremezclan gotas de información y confesiones. Es plenamente consciente de las dificultades de conexión con los públicos. "Realmente el arte ocurre muy pocas veces, pero cuando pasa porque entonces se alcance ese impacto emocional… Es una sensación de plenitud difícil de explicar. Es un estado de cosas diferente", reflexiona al recordar lo que él mismo experimentó en aquella ocasión al ver colgada una pintura suya del techo de la catedral vieja de Amsterdam.

Amplía esta sensibilidad al mundo del deporte. Y lo hace con un ejemplo que está en el imaginario colectivo de este país: "Todos sabemos lo que estábamos haciendo en aquel 12-1 de España a Malta, me refiero a circunstancias así, una cuestión fuera de lo normal".

Otro detalle curioso que sale al paso de la tertulia. En su faceta como docente, Barroso se ha empleado a fondo también en el mundo del teatro. Es, a simple vista, un ámbito que claramente le ha colmado de vivencias y placeres artísticos nada despreciables. Por ejemplo, el de asistir como espectador privilegiado -casi sin saberlo- a los primeros pasos sobre los escenarios del actor algecireño Víctor Clavijo, cuya carrera artística está hoy en pleno auge. "Me acuerdo de que era muy tímido. Creo que todos los actores lo son, pero ojo porque luego se convierten en los líderes del instituto", comenta con un punto de nostalgia sobre su también dilatada etapa en las aulas.

Surge aquí un punto más en común con el otro invitado a estas mismas páginas, el entrenador del Oh!Tels Linense, Vicente González, que él no tarda en poner de manifiesto: "Yo pienso que un director de teatro es muy parecido a un entrenador". El técnico de baloncesto le da la razón y explica que ambos coordinan engranajes humanos que buscan un determinado resultado.

El diálogo toma los derroteros de la búsqueda de la excelencia. "A veces caemos en las neurosis de pensar que todo lo que hagamos bien es insuficiente. Y así podemos acabar volviéndonos majaras", dice entre grandes carcajadas un pintor que ama la naturaleza por encima de todas las cosas y la usa con gran frecuencia como núcleo central de inspiración para sus obras.

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