Tierra de palabras

Paola / Tobalina

El mapa de Carlos

LLEGO muy ajustada de tiempo, apurada creyendo no poder encontrar un asiento libre. Cuando entro la sala está vacía, no más de veinte personas. No llego a entenderlo. Elijo una butaca bien situada ya que tengo el no deseado honor de poder hacerlo, me hubiese conformado con cualquier esquina con tal de que el aforo hubiese estado completo. Se acercaba el Día de Andalucía y por ese motivo se nos dio la oportunidad de redescubrirlo a través de quienes bien lo conocían.

Comienza la proyección: "Yo tengo un corazón de corcho, me agarro a él, nunca me hundo". Poeta sencillo, tímido, voz de nuestro pueblo en áridos tiempos. Una deliciosa sensibilidad lo comprometió con su tierra, con los pobres, con los obreros, con los jornaleros, esos "que dan la batalla y no reciben ni una medalla". Su reivindicación tenía que ver con la reconquista de la dignidad, semilla de los nuevos tiempos. De Granada emigra "para saciar el hambre económica e intelectual". Es en Barcelona donde por primera vez ve una bandera verdiblanca cuyos colores no identifica y pregunta. Cuenta Alicia, su viuda: "Cuando ve a una jornalera llevando un palo de escoba con la bandera en lo alto, encabezando una manifestación, se emociona profundamente y se da cuenta del significado de lo que es la bandera para su pueblo". "Como relucen las amapolas de Andalucía trabajadora; amo mi tierra, lucho por ella, mi esperanza es su bandera verde, blanca y verde". Sus letras que reclaman justicia para pueblo. No soñó una Andalucía donde se sustituyeran los señoritos por los nuevos señoritos de las instituciones. Llega la transición y se desencanta. Su utopía le llevó a creer que los políticos se sentarían en una mesa con jornaleros, obreros, cantantes, poetas… Comienza a ver la bandera en los coches oficiales… "Yo le canto a la bandera de los pobres, a la de la reivindicación, a la de los sueños, y cuando la bandera deja de pertenecer a los pobres, pierde los sueños y las reivindicaciones, dejo de cantarle; pero no dejo de cantar los sueños, ni las reivindicaciones ni a los pobres".

Se dice en el documental que recordarlo significa volver a pasarlo por el corazón y por la cabeza. Termina el delicioso documental que me hizo viajar por Granada, Cádiz, Nueva York, La Habana… para de nuevo recalar en la deshabitada sala.

Con Carlos Cano perdimos la utopía. La Andalucía con la que él soñó, sólo la encontraremos en sus letras.

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