Cajón de sastre

Nicolás Barroso

La escuela encantada

ESCONDIDA entre cafeterías en la galería de la Reconquista, se encuentra una escuela muy especial. Imagínense un centro de enseñanza al que los alumnos acuden sin presiones, simplemente porque les apetece. Respetan a sus profesores, hacen las tareas que les mandan y profesan un compañerismo leal con sus amigos de pupitre. Nadie tira cosas por los suelos y cualquiera está dispuesto a ayudar cuando se necesita. Las aulas no tienen grandes lujos, no hay patio de recreo ni calefacción, mas sin embargo en ellas se produce el cotidiano milagro que pone frente a frente a alguien que sabe, y enseña al que no sabe y quiere saber.

Dicen que el hombre es el único animal de la Naturaleza que aprende, hasta que muere. De ello son conscientes los escolares, muchos de ellos de avanzada edad que como los relevistas de la antorcha olímpica, recibieron en su infancia el fuego del conocimiento y no han dejado de alimentarlo para transmitirlo cuando llegue la hora. En el Centro de Formación Permanente "Al-Yazirat" de Algeciras han encontrado no sólo la fuente de saberes. También han logrado reunirse con gente que tiene sus mismas inquietudes, formando con los profesores una comunidad educativa ejemplar. Una mujer en plenitud, Josefina Riesco, dirige con talento a su claustro, formado por hombres y mujeres entusiastas, versados en las materias que cada uno enseña y en la pedagogía de adultos.

No se desaniman fácilmente pese a las carencias materiales, los recortes y la pelea con las distintas Administraciones. Ellos preparan con esmero sus clases y luego en el aula crean una atmósfera simpática y acogedora que facilita la enseñanza. Servidor se siente orgulloso de haber vuelto a la escuela a la vejez, disfrutar con ello y hacerlo en este Centro. Siempre tuve la inquietud de no hablar el Inglés, en el bachillerato de mi época se estudiaba Francés y nunca pude pasar de la lección catorce que es en la que tradicionalmente, nos atascamos los españoles. Ahora gracias a my teacher Josefina estoy en el camino de poder escribirme en inglés un bello epitafio como el de Whitman: ¡Oh Capitán mi Capitán…!. Se me olvidaba lo más importante, este año el Centro cumple treinta años. En ese tiempo, muchos ha pasado por sus aulas. Es momento de recordarlos y felicitarnos. ¡Larga vida al CEPER "Al-Yazirat"!

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