Cultura

Tarde importante de José Tomás y Jiménez en Gijón

  • El diestro de Galapagar corta tres orejas y el de Fuenlabrada pasea las dos del sexto, un toro de Parladé premiado con la vuelta al ruedo. Finito, ausente

GANADERÍA: Seis toros oros de Parladé, desiguales aunque de escasa presentación en conjunto y de juego variado. El sexto de nombre Furtivo, número 14, nacido en enero de 2005, negro mulato y de 504 kilos, de gran juego, con clase, temple y repetición, premiado con la vuelta al ruedo. TOREROS: Finito de Córdoba, silencio y pitos. José Tomás, dos orejas y oreja. César Jiménez, palmas y dos orejas. Incidencias: Plaza de toros de Gijón. Cartel de No hay billetes.

Los diestros José Tomás y César Jiménez salieron ayer por la Puerta Grande de Gijón tras cortar tres y dos orejas, respectivamente. Un festejo entretenido en el que Tomás cuajó una importante tarde en su su vuelta a esta plaza de toros, un ruedo que no había pisado desde su reaparición. Una corrida en la que César Jiménez se encontró por fin esta temporada, destapándose con una importante faena a un gran toro de Parladé, premiado con la vuelta al ruedo.

Las dos primeras orejas le fueron a parar a José Tomás de un toro manejable y pronto de Jandilla. Lo recibió combinando verónicas y chicuelinas, siempre muy animoso. Tras cuidarlo en el caballo, el toro agradeció una más que buena lidia, lo que se notó en la faena de muleta, que José Tomás brindó al público. Firme en los medios, el madrileño comenzó por estatuarios, muy jaleados por el público, y siempre haciendo todo a favor del toro.

Tras darle mucho sitio en un principio, le costó hacerse con la movilidad del toro, al que no se podía apretar ni obligar. Finalmente, logró fijarlo y aprovechar la prontitud y alegría en su embestida, sobre todo en derechazos limpios, largos y encajados... aunque a media altura. Al natural la faena no tomó vuelo por buena 'culpa' del toro, que no se desplazaba con la misma clase.

La faena al quinto tuvo más importancia por lo complicado que resultó al toro. Tras simular la suerte de varas y dejarse crudo al animal, se echó el capote a la espalda para dejar unas gaoneras con más disposición que brillo en su ejecución. En sólo cinco muletazos se llevó al toro a los medios, y poniendo la muleta muy plana, tragó una barbaridad y logró meter al toro en la muleta, con genio

Si importante fue esa tanda, más lo fue la segunda cuando no perdió ni un paso y se impuso al de Parladé, que rápidamente se vio podido y vencido. Por ello, bajó la agresividad en su embestida, y José Tomás probó con la izquierda, sufriendo una fea voltereta sin consecuencias. Bien estuvo también el madrileño en los remates por alto, antes de matar de una estocada desprendida y pasear una oreja de ley.

El que abrió plaza fue un toro con movilidad pero informal en su embestida, sin entregarse nunca. Finito había dejado lo mejor en el comienzo por bajo, toreando con mucha torería y personalidad por bajo. Con el cuarto, desrazado y a la defensiva, anduvo a la deriva.

Respecto a César Jiménez, se enfrentó en primer lugar a un animal rajado que buscó siempre tablas. El madrileño realizó una faena larga sin sacar nada en claro. Todo cambió con el sexto, al que toreó bien a la verónica y cuidó mucho en el caballo. Su labor la inició de rodillas en los medios, toreando muy largo y templado. A partir de ahí se levantó para dejar series muy relajadas, muy templadas, con la planta asentada.

Bien por el derecho, logró torear con más desmayo al natural, muy despacio aunque no demasiado ceñido. Faena completa, tanto en lo accesorio como en lo fundamental. Mató de una media y le concedieron los dos trofeos, muy justos.

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