La provincia de Cádiz concentra 260 abrigos rupestres, al menos descubiertos, que desvelan unos antepasados que recorrieron estas tierras desde el 20.000 a. C., según precisan los estudios realizados. Aunque repartidos entre doce municipios, han sido declarados en su conjunto como Bien de Interés Cultural (BIC). Es uno de los focos con mayor concentración de la Península Ibérica; el Campo de Gibraltar, con 132, posee la mayor presencia de arte paleolítico de Andalucía al aire libre; mientras que en la comarca de la Janda, donde se aprecia un estilo propio llamado Laguna de la Janda, han sido 81 los descubiertos.

La desidia política, la falta de un plan estratégico para su conservación y los daños causados por el vandalismo han derivado en la búsqueda de una única voz. Tras años de lucha individual sin éxito por parte de la asociación gaditana Agedpa -que lideraba el reconocido espeleólogo Lothar Bergmann-, el Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) y la asociación La Trocha, han decidido alzar una acción conjunta, de la mano del Centro Unesco, para remover conciencias y sensibilizar a los políticos.

"¿Alguien imagina que se hicieran pintadas en la iglesia de la Palma de Algeciras, que también es BIC?", se pregunta el vicepresidente de La Trocha, José María Villa Solis, y prosigue, "el enfermo creemos que cada vez está peor, más moribundo", asimila con respecto a la desprotección de los abrigos rupestres. Antonio Ruiz, presidente de Agedpa, va más allá en sus palabras y apunta que debería ser la delegación provincial de Cultura la que "abanderara" proyectos de este tipo "y no poner trabas". Este grupo de investigadores siente que la administración no cuenta con ningún plan estratégico y sus acciones puntuales "van al ritmo de nuestras reclamaciones o denuncias al Seprona, al ritmo de nuestro cabreo". Incluso se ha elevado al Defensor del Pueblo Andaluz el desamparo de este arte. El grupo de investigadores exige "sensibilidad y concienciación", crear una demanda social e invitar a los colectivos vecinales a unirse a esta reclamación.

Como acción piloto se han marcado como primer objetivo llevar al pleno del Ayuntamiento de Los Barrios una propuesta para instar a la administración autonómica, en su área competente cultural, para que proceda a realizar cuantas actuaciones sean necesarias para la conservación del panel rupestre dañado en la cueva del Pajarraco. Aunque no es el único espacio que precisa "ya" de una intervención: Los Maquis en Castellar, el Barranco del Arca en Tarifa y la Horadada en San Roque. Éstas son las más propensas, por su accesibilidad, a actos vandálicos y sufren un deterioro alarmante.

El fin perseguido es que la delegación de Cultura impulse un proyecto de catalogación, que a juicio del grupo de investigadores, debería coordinar la Universidad de Cádiz (UCA), tal y como ocurre en otros territorios con sus respectivas universidades. Bergmann reivindicó este estudio y el registro de todas las cuevas, y gracias a su intensa devoción se estrecharon lazos con catedráticos.

Otro punto de discusión y lucha es la no inclusión de las provincias gaditana y malagueña en el arte rupestre del Arco Mediterráneo, que conecta Los Pirineos con Granada, lo que permitió la catalogación de todas sus cuevas y ser consideras por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Los investigadores saben que para mantener este sello de distinción no sólo se debe disponer de arte rupestre sino de una implicación por parte de la administración. "Creemos que es voluntad política". Cuando no es el desinterés es la

La puesta en valor de los abrigos rupestres también es una solicitud que llevan en cartera, aunque sólo en el caso de los más emblemático, ya que en la mayoría las muestras de arte son muy imperceptibles o se encuentran en fincas privadas y están protegidas por ello. Desde el 20.000 a. C. con las cuevas del Moro hasta el 1.000 a. C. con Laja Alta es todo un recorrido cultural e histórico milenario que, gestionado de forma didáctica y controlada, podría engrandecer la oferta turística y cultural de la provincia y ser material de estudio para estudiantes, incluso creándose un centro de interpretación. En la mayoría de los abrigos tan solo es necesario actuar con un tratamiento de sellado que evite la pérdida de la pintura por la lluvia.

Sin embargo hay casos muy preocupantes, no sólo por el vandalismo sino por el propio desconocimiento ciudadano y ahí, subraya el grupo de investigadores, debe actuar Cultura, "es un arte muy desconocido en la comarca, la mejor solución es la educación". En la cueva del Barranco del Arca en Tarifa se han puesto sobre los grabados milenarios vías de escalada; en la del Pajarraco para crear una carretera de servicio -años 80- se dinamitó la zona erosionado el panel rupestre; en la Horadada hay rastro de proyectiles; en Los Maquis, excursiones incontroladas; y en otros casos se ralla con piedra estas muestras llevándose el soporte, con lo cual la pintura se hace "irrecuperable".

La presencia de pinturas milenarias se concentra básicamente entre los parques naturales de Los Arcornocales y El Estrecho por su situación estratégica. El Tajo de las Figuras, en Benalup, abrió la puerta a su estudio en la provincia. A través de estos abrigos rupestres se ha podido descifrar esta presencia humana. En Laja Alta se aprecian embarcaciones; en la cueva del Moro se reconoce una especia de santuario del arte paleolítico; en el Tajo de la Figura se descubre el primer catálogo de aves; escenas de caza en el Pajarraco.

En cuanto a las localidades, Tarifa es la que más abrigos rupestres registra descubiertos, en total 77; le sigue con 46 Los Barrios; Castellar y Medina Sidonia con 26; en Benalup hay 25; en Jimena 20; en Alcalá de los Gazules se cuentan 19; en Barbate 11; en Jerez son 5; en Villaluenga del Rosario y San Roque 2; y finalmente 1 en La Línea. La provincia posee un legado histórico milenario, un arte abocado a un única defensa, la intelectual y ciudadana.