Cultura

Gorham, las entrañas del Peñón

  • Un equipo de doce arqueólogos, entre ellos estudiantes, participa en el proyecto de excavación de la gruta, con una duración de seis semanas · Gibraltar alberga en su interior a casi doscientas cuevas

Desde tiempos remotos, los antepasados han relacionado sus creencias y su fe con la naturaleza, de ahí la creación de santuarios para rendir culto a sus dioses. La Cueva de Gorham, ubicado en el Peñón de Gibraltar, se lleva la medalla de oro entre las casi 200 excavaciones que alberga el peñón, desde que fue descubierta allá por 1907 por el capitán A. Gorham y estudiada, por vez primera, en 1945.

A partir de esta fecha, han sido muchas las excavaciones que se han realizado en esta cueva santuario. Actualmente, el Gibraltar Cave Project, proyecto dirigido por los arqueólogos Clive Finlayson y Francisco Giles Pacheco,continúa con la exploración, con homónimos de primera línea y estudiantes voluntarios de todas las nacionalidades.

El equipo, compuesto por 12 personas, trabaja desde las 9:30 horas hasta las 18:00 horas, aproximadamente, en busca de nuevas referencias de esta época histórica, que concentra desde testimonios neandertales hasta presencia de navegantes fenicios en la península.

Para llegar aquí, el equipo tiene que pasar ante el antiguo hospital de la Segunda Guerra Mundial y descender por una pendiente escalera entre rocas y piedras. 350 escalones más abajo, la caminata continúa durante quince minutos más hasta llegar al destino, a la vez que se disfruta de un idílico y espiritual paisaje, casi utópico, ante la orilla del Estrecho. Un arduo recorrido que tiene su recompensa: la Cueva de Gorham.

La gruta está dividida en dos niveles o trazados, diferenciadas por su cronología: la primera a nivel fenicio, que muestra testimonios desde el siglo noveno antes de a.C. hasta el segundo a.C.; y la segunda, al fondo del santuario, en la que se ha detectado una presencia esporádica de poblaciones neolíticas, con restos de puntas de flecha que se puede relacionar con la caza de la fauna.

José María Gutiérrez, arqueólogo y participante de este interesante proyecto, colabora en este primer tramo de la cueva, en el que se encuentran diversos restos de las ofrendas sagradas que regalaban a sus dioses. "Lo que encontramos son las ofrendas que se depositaban bocabajo y se rompían, para que nadie lo usara. Lo que se hace para el Dios se destruye para que no se pueda usar. Este era el ritual", explica Gutiérrez.

El arqueólogo manifiesta la complejidad del trabajo. "Hay muchos fenicios que ponen referencia como contribución en el sentido de la ofrenda". "En otros santuarios más organizados hay un cuerpo de sacerdotes que se encarga de, cuando se acumulan muchas ofrendas, enterrarlas", lo que ayuda a fecharlas. "Aquí estamos teniendo muchos problemas".

Al fondo, se encuentra el segundo nivel, en el que se han detectado yacimientos neandertales, remontándose casi a 18.000-20.000 años atrás. "Prácticamente es donde hacían vida", argumenta Francisco Giles. Las puntas de flecha se pueden relacionar con la caza de unas "poblaciones que reconocen ya la agricultura", apunta Giles. Se han encontrado, asimismo, objetos personales, como sellos, colgantes, anillos, así como recipientes para conservar perfumes, cuencos o recipientes para verter líquidos. Además, las paredes de la cueva improvisa un lienzo, en el que se observan marcas rojas pintadas con ocre "bastante antiguas".

El proyecto lleva tres semanas en funcionamiento, que finalizará al cabo de otras tres. "Al principio estaba todo lleno. En los últimos días hemos empezado a levantar cuadros. Primero se dibuja y se mide todo antes de levantarlo" para no perder nada. Asimismo, el equipo empezará la próxima semana a excavar en una nueva cueva del peñón, aún en bruto.

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