El regreso a casa de cientos de gibraltareños en la tarde de ayer después haber pasado las vacaciones de Semana Santa en España provocó un colapso en la Verja que generó un atasco de seis kilómetros en La Línea.

La fila de coches, la mayoría de ellos con matrícula gibraltareña, comenzó a formarse a primera hora de la tarde en la frontera y se extendió por la avenida España hasta alcanzar la rotonda del hotel Rocamar.

La cola generó las lógicas protestas entre los gibraltareños que aguardaban a volver a sus casas en la procesión de vehículos, pero también por multitud de linenses que se vieron afectados por los problemas de tráfico que generó el atasco.

En Gibraltar fue festivo el Viernes Santo y también el Lunes de Pascua, lo que permite a muchos ciudadanos marcharse cuatro días de vacaciones a España. El problema es que la mayoría decidieron volver en la tarde de ayer y no lo pudieron hacer con cierta fluidez, ya que las fuerzas de seguridad no relajaron el celo en la vigilancia y control del paso. A los que han pasado el puente fuera se les unió los que simplemente quisieron aprovechar el día de ayer para pasarlo en España.

En los últimos meses está resultando bastante frecuente que se produzcan colas para entrar en el Peñón incluso con más demora que para salir hacia La Línea. El pasado jueves, sin ir más lejos, se produjo un atasco bastante considerable para acceder a la Roca, aunque cuando más tiempo de espera hay es en los días festivos, como ya ocurrió en Navidad.

Según datos de la Agencia de Fronteras de Gibraltar, la espera alcanzó durante el mes de marzo los 107 minutos.

El Gobierno de España adjudicó el pasado 30 de marzo la instalación de una frontera inteligente por 1,4 millones. Según la Comisión Europea, ésta debe estar lista a finales del próximo mes de junio, precisamente para evitar que se produzcan colapsos como el de ayer.