El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aseguró ayer en el Congreso de los Diputados que los esfuerzos de sus antecesores por encontrar una solución al contencioso de Gibraltar fracasaron porque "no tenían el apoyo y el respaldo de los gibraltareños".

En su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores, negó que "eso signifique que vayamos a dar a los gibraltareños el derecho de veto", y agregó: "Sin los ciudadanos, en la democracia del siglo XXI, no se lograrán acuerdos, y tenemos que ganarnos sus mentes y corazones, y tenemos que negociar con el Reino Unido".

Moratinos, que insistió hasta la saciedad de que la soberanía del Peñón era irrenunciable, salió airoso de las críticas formuladas por el portavoz del PP, Gustavo de Arístegui, que apreció falta de "contundencia" y de "seriedad" por parte del Gobierno en la defensa de la cuestión de las aguas jurisdiccionales, que calificó de "gol" la aprobación por parte del Gobierno y el Parlamento británicos del derecho de autodeterminación para Gibraltar y que tachó de "inoportuna aunque no ilegal" la visita de Moratinos al Peñón con motivo de la III Cumbre Interministerial del Foro de Diálogo.

Sobre las aguas jurisdiccionales, el ministro admitió que la cuestión había sido aparcada para no perturbar la III Cumbre Interministerial, y subrayó que el Gobierno español no reconoce que dichas aguas sean británicas. También cargó contra el PP acusándole de no estar a la altura de un tema de Estado indiscutible como el contencioso de Gibraltar, y le acusó de "debilitar la posición de España".

Por último, dijo que técnicos del Foro de Diálogo se reunirán el miércoles en Sevilla para avanzar sobre la terminal única del aeropuerto.