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Con la miel en los labios

  • A medias El Algeciras BM, que a falta de 24 segundos ganaba por uno y tenía el balón, deja escapar en casa una victoria cantada y que merece Lo positivo El punto sumado saca a los albirrojos del descenso

Un punto más y otra vez fuera del descenso. Mejor no darle más vueltas a lo que pudo ser y no fue porque ya de poco sirve. Está claro que cada semana será una batalla de desgaste y este Algeciras BM tendrá que vivir en el filo de la navaja el resto de la temporada. Ayer, el joven equipo de Ricard Franch tuvo el triunfo a punto de caramelo frente a un rival llamado a más, el Naturhouse La Rioja. Sin embargo, un final de infarto en el que los albirrojos pagaron la novatada con todo a favor frustró una victoria cantada que la afición ya relamía.

El primer punto de la segunda vuelta dejó una sonrisa a medias pero seguramente sabrá mejor según pasen los días o las jornadas. El remasterizado Algeciras BM -con cuatro novedades- enseñó su carta de presentación y gustó. Juego rápido, agresivo, carácter, desparpajo y todo a mil revoluciones. Los albirrojos sólo pecaron de ser demasiados jóvenes en los momentos calientes del choque. Pero a eso poco se puede replicar.

Con un parquet para la ocasión y las cámaras de La 2 de TVE el partido ofreció sesenta minutos de tensión con un final alocado. El Algeciras, que llegó a tener una renta de tres goles a falta de cuatro minutos, encaró el último con balón y uno arriba (35-34). Hasta tres pérdidas de balón hicieron temer por el empate pero entonces surgió tremendo Tsilimparis. El portero, sin duda el más regular, salvó los muebles y el encuentro alcanzó su fase cumbre. Minuto 59'36. 24 segundos de juego y posesión para el Algeciras BM. La defensa visitante se abrió y Vidal, de 20 años y casi recién llegado, asumió el timón. Entró por el pasillo y lanzó. Torrego lo despejó y el rechace de Gabi lo salvó con la ayuda del palo. El ex albirrojo montó la contra y propició un siete metros decisivo a falta de siete segundos. Hvendten ejecutó.

Los dos arriesgaron pero sólo uno se salió con la suya.

Al margen del minuto de oro el duelo entre Algeciras y La Rioja regaló minutos de mucha defensa y buen balonmano. Los locales siempre quisieron llevar la delantera y lo consiguieron salvo en el tramo final de la primera parte.

La afición, después de dos meses sin competición en casa, pudo presenciar el debuta de Itchart, Vidal, Catarain y Opalic, este ultimo llegado apenas hace unos días. Salvo el meta Catarain, los otros tres dejaron sus destellos.

Itchart y Vidal formaron la primera línea con Montávez como eje. Itchi sacó el brazo, sobre todo en la segunda mitad, y el argentino se desmelenó algo más. De hecho asumió la patata caliente en los últimos segundos. Opalic se sacrificó en defensa. Corpulento, al italocroata le tocó bailar con Fis o Belaustegui, pero cumplió. A primera vista parecen válidos para la Asobal.

Pero ayer el hombre que canalizó el poderío ofensivo de los albirrojos fue Ricard Reig. El pivote destrozó al Naturhouse durante todo el partido. Sólo en los instantes finales el rival encontró antídoto para los mordiscos del escurridizo jugador-diez goles-. A todo esto el Algeciras mandó en la primera mitad hasta el minuto 27 cuando los de Logroño voltearon la tortilla (17-18) abanderados por el silencioso pero matador Havard Tvendten.

El segundo periodo fue un ir y venir hasta que los de Franch abrieron una brecha de tres tantos (31-28). La victoria estaba en la mano pero una vez más la experiencia demostró ser un grado. Los visitantes se la jugaron a una carta y se llevaron un pellizco que correspondía por merecimiento a los de casa. Unos verán la botella medio llena y otros medio vacía.

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