La selección española de waterpolo llega a Pekín en un buen momento, y con la experiencia y capacidad justas para luchar por las medallas, como hizo en Barcelona 92, Atlanta 96, donde ganó la de oro, y en Sydney 2000.

España comenzará la competición olímpica situada en el Grupo A, donde se enfrentará a Hungría, campeona olímpica, a Montenegro, que hace un mes se proclamó campeón de Europa en Málaga y a Australia y Grecia, que completan el grupo. Además, no ha podido entrenarse en la piscina de Yingdong hasta la pasada madrugada, en el debut oficial de la selección contra Canadá.

Es importante pasar primero de grupo porque se evitan los cuartos de final y se va directamente a las semifinales. Los segundos y terceros de cada grupo se cruzarán para disputar el podio junto a los otros dos ya clasificados.

El equipo que dirige Rafael Aguilar tiene serias opciones de subir al podio de waterpolo el día que se clausuran los Juegos, en un torneo que se presenta muy abierto.

El seleccionador, un hombre frío y reflexivo, no ha tenido prisa, ni siquiera en el pasado Europeo de Málaga cuando España se quedó pronto sin opciones de medalla.

Aguilar no quiso entonces que el equipo llegara en su mejor punto de forma al torneo continental en detrimento de la preparación olímpica.

La selección ha llegado a la capital china en un punto extraordinario de su ciclo, con jugadores en su grado justo de madurez y veteranía.

El trabajo empezó a dar sus frutos hace más de un año. España ganó la medalla de bronce en el último mundial y en marzo de 2007 en Melbourne, a punto estuvo de dejar fuera de la final a Hungría.

El equipo español está formado por Iñaki Aguilar, Ángel Andreo, Iván Pérez, Kiko y Ricardo Perrone, Marc Minguell, Xavier Vallés, Iván Gallego, Mario García, Guillermo Molina, David Martín, Svilen Piralkov y Xavier García.