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La maldita migraña de Javi Gallardo

  • Una jaqueca que no sufría hacía dos años sacó al jugador de la Balona del campo en el que jugaba el que, por ahora, es el partido más importante de su carrera · "No podía ni sacar de banda", explica

La migraña es una enfermedad que provoca un dolor de cabezamuy intenso y capaz de incapacitar a quien lo sufre. El jugador de la Balona Javi Gallardo lo padece desde pequeñito. El problema tiene una base genética y él lo heredó de su madre. Con tratamiento, el futbolista ha conseguido espaciar en el tiempo los ataques, que también han ido disminuyendo en intensidad y duración. Hacía ya dos años que no le daba uno. Y ¿cuando le atacó la enfermad? Pues nada menos que en el Heliodoro Rodríguez López, cuando el futbolista linense estaba peleando con la Balona por el pase a la ronda definitiva de ascenso a la Liga Adelante. Ni antes ni después. En ese momento. Más inoportuno imposible. Maldita jaqueca.

El dolor puede estar precedido de manifestaciones neurológicas variadas que se llaman aura y consisten en trastornos visuales y/o sensación fuerte de hormigueo en los labios, la lengua, el brazo (en este caso el izquierdo) y la mitad de la cara. "Ya estoy bien, pero me asusté bastante, porque empecé a notarme que el brazo se me dormía, hasta que ya no podía sacar de banda. Intenté aguantar pero fue a más. Antes de chico me daba más fuerte y más veces pero ahora hacía tiempo que no lo tenía", explica el jugador desde su casa. "Hablé con el míster para decírselo, que me tenía que cambiar, que no podía -Escobar ha reconocido que ni siquiera le entendía lo que le decía- porque ya me afectaba a la boca y a la cabeza. Lo tenía paralizado", continúa.

En el vestuario, Javi Gallardo se tomó un medicamento e inmediatamente regresó en taxi al hotel, acompañado de Manuel 'Pipi' Valenzuela. "Me metí en la habitación, me puse todo oscuro y me quedé dormido. De vez en cuando alguien me decía como iba el partido", narra.

Cuando despertó para coger el avión de vuelta, Javi Gallardo terminó de enterarse de lo que sucedió en el campo cuando él estaba incapacitado por la jaqueca. "Te da mucho corage caer eliminado así. Se siente mucha impotencia, porque si el otro equipo te gana tres a cero y es mejor, pues ya está, te vas a casa, pero si tú mereces superar la eliminatoria y el árbitro no pita un penalti tan claro te comes mucho la cabeza, te sientes triste", manifiesta el futbolista, orgulloso no obstante de haber participado de una temporada de la Balompédica que ve difícil repetir. "Ojalá", sentencia el jugador al que una maldita migraña, una inorportuna jaqueca, sacó del campo en el partido más importante de su carrera.

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