Adiós a la banda de Tomás

23 son muchos años. Durante ese tiempo se pueden realizar muchas cosas, como que un grupo de personas comience un proyecto juntos, desde la nada absoluta, alrededor de una de las artes más intensas e influyentes que el ser humano ha creado jamás: la música. Cuidarla, llevar la ilusión a los demás, engrandecer los momentos que requieren ser importantes, pero, al final, como ocurre con todo lo demás, también acaba desapareciendo. Esta trágica historia, de inicios y finales, es lo que le ha pasado a la Banda Municipal de Tomás Infante de Los Barrios, o eso es lo que sus protagonistas dan a entender.

El día 1 de julio, las posturas entre los principales implicados, Ayuntamiento y banda de música, se encontraban más cerca que nunca. En esa reunión entre componentes de la banda, el alcalde, Jorge Romero, y el concejal de Cultura, Manuel Molina, se tendría que presentar un nuevo director y una nueva junta gestora, ése es el acuerdo al que se llegó. Se vislumbraba el final del túnel. Pero como ya había pasado anteriormente, se torcieron las cosas y, esta vez, de forma irreversible. El día 4 de julio se tendría que haber producido la última reunión, la que devolviera a la banda a sus ensayos y a sus salidas acompañando a santos y coronaciones. Sin embargo, no será así, ya que los miembros de la banda no se presentaron en dicha reunión. Molina y el alcalde dieron en ese momento las negociaciones como rotas y la banda, disuelta.

Este inesperado desenlace lleva tiempo fraguándose, aunque suene a ironía. Se puede definir como inesperado porque la banda municipal de música se ha convertido en un baluarte tanto dentro como fuera de Los Barrios. Todo el mundo, si es autóctono de la localidad, conoce a esta agrupación musical y la mayoría de ellos recordarán a sus integrantes, muy repeinados y con sus clásicos uniformes azules, desfilando detrás de la cabalgata de Reyes. La banda se ha convertido en uno los distintivos de Los Barrios, en uno de los mejores representantes del municipio en el imaginario social, tanto de los barreños, como de los de fuera. Por este hecho, por pertenecer al patrimonio del pueblo es precisamente por lo que su final es inesperado.

Aunque, a su vez, era una conclusión que llevaba tiempo fraguándose, concretamente desde enero de 2012, cuando el Ayuntamiento decidió cortar el grifo y amortizar la plaza del director de la banda, Tomás Infante. De ese tiempo en adelante muchas son las reuniones que se han producido, y muchos los desplantes de ambos, creando un tira y afloja que a nadie beneficiaba, sobre todo a los músicos de la banda. Además, entre medias, ha nacido problema añadido, el local de ensayo.

Estos puntos de vista distintos se han concretado en las diferentes reuniones que Ayuntamiento y banda han mantenido en el último año y medio, siendo uno de sus mayores protagonistas Manuel Molina. Durante estas reuniones mucho se ha hablado del dinero que ésta debe recibir de aquel, a lo que el Consistorio, acuciado por las deudas y la quiebra técnica que sufría, ha tenido que ser muy restrictivo, según comenta Molina.

Y esto sin contar que la forma de financiación se modificó en diciembre de 2009 hasta un modelo semi-autónomo, por aquello de establecerse la banda como asociación cultural y tener que depender de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento. En 2010, este convenio se estableció en 25.000 euros anuales a cambio de un mínimo de 30 actuaciones por año. Eso sin contar el contrato del director (que era un empleado del Ayuntamiento) y las actuaciones de los días de Semana Santa, que se acordó a un precio de 3.000 euros por actuación. Al llegar el PA al gobierno ponen sobre la mesa condiciones inferiores.

"Establecimos dos planes. El primero, el plan A, consistía en una gratificación anual de 20.000 euros que podrían llegar hasta los 24.000, pagándose de forma trimestral, a cambio de 16 actuaciones que incluyeran la cabalgata de Reyes, la coronación y el día de San Isidro y las ferias de Palmones y Los Cortijillos, el día de Andalucía y la Semana Santa. Ellos lo rechazaron. Pedían 30.000 euros y aparte la Semana Santa, volviendo así al modelo anterior y que el Ayuntamiento no podía costear. Tras esta presión que ejercieron, que se rubricó con la falta de la banda municipal, por primera vez en 20 años en el día de San Isidro, presentamos un plan B. Esto consistía en 25.000 euros, con las mismas actuaciones que antes pero sin contar con la Semana Santa, que se pagaría a 4.000 euros la actuación. Ese acuerdo sí que les satisfizo en un primer momento, pero a los tres días lo rechazaron. Aún no sé por qué", explicó el concejal.

Otro problema que se agudizó con el tiempo y que se ha discutido por activa y por pasiva en estas reuniones es el tema del local de ensayo. La banda siempre ha ensayado en la alimentaria, la nave que se encontraba en el recinto ferial de Los Barrios. Pero unos informes técnicos realizados por el Ayuntamiento demostraron que la estructura del edificio era deficitaria y debía ser derruido. Además, el techo era de amianto, un elemento altamente peligroso por su toxicidad. Desde la banda siempre han considerado este hecho como una agresión por parte del Ayuntamiento y las alternativas no eran del todo apropiadas. De un pequeño local situado en la plaza Mariquiqui hasta el almacén de la Casa de la Cultura, sin embargo, la idea que más convenció fue una sala de la plaza de toros. Ésta última opción sí que era viable, aportaba espacio y un lugar lo suficientemente apartado como para no molestar a nadie.

Pero todo el esfuerzo, tanto de banda como desde el Ayuntamiento, se truncó el 4 de julio y después de 23 años de historia, Los Barrios va a perder a una parte de sí misma.