En agosto de 2007 el Partido Popular emitió una nota de prensa en la que José Ignacio Landaluce reclamaba al entonces nuevo equipo de Gobierno que aclarara qué planes contemplaba para el antiguo asilo San José. Hoy día el mandato está a punto de concluir y se puede confirmar que será el que salga de las urnas el 22 de mayo el que decidirá qué hacer con el emblemático y deteriorado edificio, situado en una zona privilegiada. Inmueble y parcela forman un conjunto de enorme potencial, que sin embargo está por explotar.

Las denuncias por el estado que ofrece el hogar que regentaran las Hermanas de los Ancianos Desamparados no han sido pocas. Muchas se formularon in voce y otras, como la que presentó la Coordinadora en Defensa del Patrimonio (Codepa) la semana pasada, ante el juzgado. Codepa invoca la Ley 7/2002, de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA). Considera que el Ayuntamiento la ha infringido porque "tiene el deber de mantenerlo (el edificio) en condiciones de seguridad, salubridad y ornato público, realizando los trabajos y obras precisos para conservarlo o rehabilitarlo, a fin de garantizar en todo momento las condiciones requeridas para la habitabilidad o el uso efectivo".

La concejalía de Patrimonio argumenta que no se trata de un inmueble catalogado ni protegido, por lo que entiende que su deber reside en velar por que cumpla las condiciones exigidas de seguridad, que es a lo que ha procedido, destaca.

A comienzos del pasado noviembre los técnicos municipales aconsejaron la clausura del edificio por no reunir las condiciones de habitabilidad mínimas. Dentro mantenían su sede la tertulia cofrade La Levantá y la Asociación de Belenistas. Así se hizo. La delegación subraya que ha acometido los trabajos oportunos para garantizar la seguridad.

El Libro de Actas Capitulares del Ayuntamiento de Algeciras recoge que en la sesión del 8 de septiembre de 1905 se aprobó la colocación de la primera piedra del asilo. No fue hasta 1914, sin embargo, cuando comenzó a funcionar. Al inmueble -en los altos del Calvario y diseño de William Thomson, también el arquitecto del hotel Anglo-Hispano- se trasladaron las hermanas desde el antiguo hogar de la calle Sol. Con posterioridad el edificio fue objeto de sucesivas ampliaciones y en sus últimos días la residencia acogía a más de 150 ancianos.

En 1999 el asilo pasó a propiedad municipal tras un convenio con la congregación. En contraprestación la ciudad cedió a las religiosas el terreno de San García donde se construyó el nuevo. El tiempo no ha perdona a la piedra, se ha alertado sobre la histórica capilla que guarda el conjunto y lo que ha resistido son las alas restauradas, que ocupan la Escuela de Turismo y Trabajo Social y la sede de Barrio Vivo.

Proyecto para el antiguo asilo no existe en la actualidad y en realidad ya no hay margen de maniobra ante la cercanía de las elecciones. Por tal motivo el próximo equipo de Gobierno será el que dictamine. Algo que ya se piensa es que el inmueble ha alcanzado tal fase ruinosa que empieza a recomendar la piqueta. Un visitante, si pasa por el lugar, pensará que el cartel de RIP que cuelga en el edificio es un anuncio. En realidad son las conocidas protestas de la comunidad universitaria del lugar por la amenaza que se cierne sobre sus estudios.