El plan inicial de sectorización del Cortijo San Bernabé prevé que la mayor parte de los espacios públicos contemplados en dicho programa de ordenación urbana se concentren en la zona ocupada actualmente por el acuífero Huerta de Las Pilas. Así lo confirmaron ayer a este periódico fuentes de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Algeciras, quienes resaltaron que el documento aprobado el pasado miércoles tan sólo describe a grandes rasgos el proyecto -que establece el cambio de categoría de suelo, de urbanizable no sectorizado a suelo urbanizable sectorizado-.

"La Junta se encuentra actualmente elaborando el plan pormenorizado, donde se plasmará concretamente qué se hará con el acuífero", apuntaron desde el organismo consistorial. Y es que, por su parte, los representantes de Fapacsa temen que esta iniciativa contemple el futuro relleno de la laguna de Las Pilas. Lo que supondría la desaparición de éste paraje natural, según explicaron desde la federación vecinal (a donde, según denuncian los integrantes del colectivos, llegan también desde hace años camiones a arrojar arena).

Este plan de sectorización obtuvo el visto bueno del Consejo de Gestión de la Gerencia de Urbanismo el pasado miércoles; y el próximo lunes se llevará al pleno municipal para su debate y aprobación. El proyecto surgió tras la firma de un convenio expropiatorio entre el Ayuntamiento, la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) y los propietarios incluidos en la reserva de terrenos del Cortijo San Bernabé. Según lo pactado, dicho enclave pasó a ser de titularidad pública -en total, 106 hectáreas para su posterior urbanización-. Los planes del Consistorio pasan por levantar en dicha zona 4.151 viviendas. De este montante, 2.550 tendrán carácter de protección oficial.

Fapacsa lleva años denunciando continuos rellenos en el acuífero de Huerta Las Pilas. De hecho, en junio de 2008 presentó una demanda ante la Fiscalía de Medio Ambiente; y también trasladó sus quejas al Defensor del Pueblo Andaluz. Entonces, la edil de Medio Ambiente, Rosario Espejo, defendió el sellado de la zona y negó que se tratase de un acuífero. "Es una charca que surgió de una extracción excesiva de la cantera", argumentó la concejala. Según la organización vecinal, la laguna ha pasado de tener 500 metros de capacidad a 2.500, con 30 metros de profundidad y agua de manantial.