Una visión didática de los cetáceos
Circe acaba de presentar su unidad didáctica como material de educación medioambientall un mar de ballenas El Estrecho de Gibraltar acogió en su momento una importante industria dedicada a la caza de la ballena
Hablar de las aguas del Estrecho de Gibraltar es hablar de los cetáceos y de ellos sabe mucho la asociación Conservación, Información e Investigación en Cetáceos (Circe). Un colectivo conservacionista que acaba de presentar su manual didáctico destinado a profesores. Todo ello, en el marco del Plan Estratégico de Educación Ambiental 2008-2012.
Dicha unidad didáctica, llevada a cabo en colaboración con Cepsa y la Obra Social Caixa Catalunya, pretende ser un apoyo esencial para el profesorado que quiera realizar trabajos de educación y sensibilización en el medio ambiente.
Un capítulo especial lo enmarca la presencia regular de los cetáceos en aguas del Estrecho. Aquí encontramos especies residentes, semiresidentes y migratorias. Durante los meses de verano n se pueden localizar hasta siete especies de cetáceos: el delfín común; el listado, el mular, el calderón común, el cachalote, la orca y el rorcual común. Según recoge el informe del citado Plan Estratégico, a finales del siglo XIX son las embarcaciones americanas las que explotan las aguas, especialmente las del Golfo de Cádiz. Así, se crea una sólida industria dedicada a la caza de la ballena.
Aquí se recogen datos de Sampera y Aguilar quienes aseguraron que entre 1920 y 1930 se cazaron en aguas cercanas al Estrecho una media de 659 animales cada año, especialmente el rocual común y el cachalote.
Una de las factorías que a mediados del siglo XX funcionaban en esta región se ubicaba en la ensenada de rorcual. Esta comenzó a operar en 1921 y tras un paréntesis de inactividad en la década de los 50, fue reabierta de nuevo hasta su cierre definitivo en 1964. Según recoge el informe de Circe, en ese período se calcula que se cazaron 826 cachalotes, 4.516 rorcuales comunes y 189 rorcuales boreales. Según fuentes citada en dicho informe, estas capturas no se realizaron en el Estrecho, sino en el Golfo de Cádiz.
Tras la moratoria internacional que prohibe la caza de ballenas, aparece la actividad del avistamiento comercial de cetáceos en el Estrecho. Aunque en Gibraltar había precedentes, la primera organización dedicada a esta actividad surge en Tarifa en 1996 de la mano de Whale Watch España, a la que siguen otras empresas. Desde hace años, Circe edita trabajos sobre la incidencia de estas poblaciones en el Estrecho de Gibraltar, fruto de años de trabajo.
Envía tus convocatorias a viviraqui@europasur.com
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