Algeciras

Por ahora, mejor a pie

  • El servicio de bicicletas como transporte alternativo carece del respaldo esperado entre los “especiales”

El deporte es salud. Esta es una premisa que todas las personas conocen, y parece que en Algeciras el Ayuntamiento se lo ha tomado al pie de la letra. Para ello está el servicio de bicicletas “gratuito” Tubici como transporte alternativo que propone la Agencia Andaluza de la Energía. Durante su primer año de vida ofrecerá gratis el préstamo de los ejemplares. A partir del segundo año el coste será de 30 euros.

Aunque el problema de Algeciras radique en la falta de carriles adecuados para este medio, y sin contar las cuestas que marean a más de un ciclista profesional, sí es cierto que se trata de una experiencia piloto que necesita de un respaldo de la población. El carné para conducir una bicicleta se puede adquirir en un solo día. Apenas basta con recoger la documentación en el edificio municipal de la calle Ancha en Protección Civil y depositar los datos.

¿Y qué piden?, pues es muy sencillo. Cuando solicitas hacerte la tarjeta te facilitan un formulario a rellenar y un folleto explicativo sobre el tipo de servicio y los requisitos. Entre la información que se estima está un número de teléfono, el DNI y una cuenta bancaria. Este último dato se precisa para salvaguardar el buen estado de las bicis, siendo éste un método de garantía ante cualquier negligencia del usuario.

Entonces es cuando pueden surgir las dudas de ¿y si la bicicleta estaba mal antes de que la usara?, por ejemplo. Pues bien, antes de retirar una se debe inspeccionar para evitar llevarse un susto en el viaje. En definitiva, en una mañana puedes tener la tarjeta y pasear por la ciudad, aunque claro de qué manera sin carriles-bici. Hay que reconocer que los técnicos municipales que trabajan en el proyecto tienen ilusión, al menos el trato que dispensan es muy agradable.

Por ahora de unos 114.000 habitantes censados que tiene la ciudad, sólo 34 personas se han inscrito desde septiembre, una cifra que habla por sí sola y conociendo que hay 75 ejemplares en servicio, el panorama es aún más desalentador porque la oferta dobla a la demanda sin discusión.

Hasta ahí era la teórica, ahora viene la práctica. Una vez puedes hacerte con una bicicleta llega lo más complicado, circular por la ciudad, porque ¿no se pensarán los que crearon el servicio que sólo van a ir los ciclistas por el carril-bici que discurre por el cementerio antiguo y San García, los que además no se conectan entre sí?

Primero se utiliza la tarjeta para solicitar un ejemplar, hasta ahí todo muy fácil, una vez elegida la bici que se quiera tienen unos 25 segundos para retirarla para luego disfrutarla un máximo de cuatro horas, con media hora de espera para volver a usarla.

Existen tres puntos de anclaje –la Escuela Politécnica de Algeciras, las pistas de Enrique Talavera y el parque María Cristina–. Eliges la que mejor se adapte, exceptuando que ya presentan un semblante roñoso por el óxido generado por la lluvia –lo que puede hacer dudar de su calidad ya que apenas tienen dos meses de vida–, y ya están preparados para embarcarse en la aventura: ser un ciclista de ciudad.

La bicicleta es fácil de manejar, incluso para la gente que lleva años sin subirse a una. El problema es que no tiene marchas, así que la fuerza depende únicamente de las piernas. Al coger una bici en el parque María Cristina lo primero que hay que tener en cuenta, aunque parezca paradójico, es que no se puede introducir una en el recinto, entonces casi de forma inconsciente ya se infringe una norma municipal.

Al salir por la puerta más cercana, la de la parte de atrás del parque –calle Ramón y Cajal– se pueden observar coches aparcados a ambos lados prácticamente y una vía que apenas permite el paso de un vehículo, entonces hay que recordar que “por la acera está prohibido circular”. Y la pretensión de la que suscribe estas palabras es llegar a la Plaza Alta.

Al circular percibes que no todo es tan bonito como se pinta. Los coches no entienden de bicicletas, especialmente, por el centro de la ciudad, y los peatones por la acera se echarán a un lado pero sólo si quieren porque no deben hacerlo, por lo que el peligro es evidente.

Así, queda como alternativa jugársela cruzando en sentido contrario la avenida Fuerzas Armadas o callejear sabiendo que “toparemos” con alguna cuesta dichosa. Simplemente con esta ruta se trata de acortar lo máximo para enlazar con la plaza. Sabiendo que sólo queda usar la carretera, hay que ser conscientes de que, probablemente, le toque empujar la bici para subir más de una calle.En este caso se centran la mayoría de las quejas, y es que casi todos los algecireños coinciden en que esta ciudad, con tantas cuestas, se asimila a una ruta de montaña.

En definitiva, hace falta conciencia cívica para disfrutar de las calles, tanto conductores como ciclistas. En ciudades como Sevilla hay zonas de anclaje por todos los puntos de la ciudad, hay carriles-bici por casi todas las grandes avenidas. Si se tiene la tarjeta no se pierde nada, pero es evidente que por ahora mejor a pie.

Algeciras cuenta con sólo 2.125 metros de carril-bici para circular

Para aquellos a los que les cuesta hacer cálculos, y más en estos tiempos de crisis, éste es un dato elocuente: la ciudad apenas tiene dos kilómetros de carril-bici. En concreto hay uno que va desde la rotonda del Ave María hasta el cementerio antiguo –de 600 metros– y el que transcurre por la avenida Carlos Cano en San García –de 1.525 metros–. Esto en lo que respecta al Ayuntamiento, porque la Autoridad Portuario Bahía de Algeciras (Apba) también dispone de uno, aunque recorre el comienzo del puerto por la zona del Varadero.

Según prevé el Plan Especial de Movilidad Urbano la ciudad contará en unos años con unos carriles-bici que rodearán a la ciudad, conectando San García y San José Artesano, además del centro y La Piñera. Así que se augura un gran futuro para los ciclistas urbanos, aunque por ahora se atisba lejano. Otro de los problemas más graves es la falta de puntos de anclaje de bicicletas, sólo hay tres y algunos, como el del parque y la politécnica, muy próximos entre sí.

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