Algeciras

La formación continua pone a prueba la profesionalización de los bomberos

  • Las brigadas del parque de Alamillos realizan prácticamente a diario diferentes supuestos prácticos y prueban nuevos equipos para adaptar sus conocimientos a cualquier potencial emergencia que surja

Fernando Rodríguez se ha subido a una cuarta planta y con la colaboración de sus compañeros va a descender un piso por la fachada, enganchado mediante un sistema de polea con una cuerda y su arnés correspondiente. Lleva un descendedor que llaman STOP. Cuando llega a la planta donde está la persona que debe ser rescatada, y que no está inmovilizada, la engancha mediante un triángulo de rescate. Una vez sujeta, ambos descienden hasta el nivel cero.

Este es uno de los numerosos simulacros que el Cuerpo de Bomberos lleva a cabo para su formación continua. Para la realización de este ejercicio se apoyan en la torre de prácticas, una instalación que ofrece muchas posibilidades y que aporta balcones, patio de luces, escaleras y sótanos. Fernando Rodríguez es sargento jefe de guardia en el Parque de Bomberos de Algeciras y acaba de "rescatar" a la bombera Laura Ordóñez.

En este caso, han utilizado una doble cuerda de seguridad, pero según destaca Fernández, cuando hay que hacer un rescate de verdad "no la utilizamos, hay que improvisar". Manuel García, jefe del parque, explica: "en las prácticas no nos podemos arriesgar y tenemos que hacer los ejercicios con seguridad".

Es mediodía y hace un día estupendo y todo parece tranquilo en el Parque de Alamillos donde, de momento, no se ha recibido ninguna emergencia. Esta brigada, que hoy está integrada por ocho personas además de por el jefe de Parque, lleva en su trabajo desde las ocho de la mañana y permanecerá en el parque hasta las ocho de la tarde. Sin embargo, aunque no haya emergencias, allí se vive una gran actividad continuamente, desde que el bombero entra hasta que termina el turno.

En este caso, a las ocho de la mañana, toca la revisión previa de todo el material, arrancando los motores de los vehículos y comprobando que todo está en perfecto estado. Una hora u hora y media después es el momento de la educación física y para ello disponen de un preparador cualificado y atención individualizada. Después, media hora para el desayuno, para pasar después a la formación. De tres a cinco comen y descansan, para seguir a partir de entonces con la preparación de maniobras, trabajos de prevención o revisión de hidrantes en las calles etc... Entre las siete y las ocho repostan los vehículos y preparan el material para el relevo. "Ésta no es la imagen tradicional que se tiene del bombero jugando a las cartas", deja claro Manuel García.

Mientras tanto, la brigada se prepara para realizar un simulacro de incendio en un sótano. Los bomberos revisan el material. Siempre hay un plan de trabajo previo, que deben seguir. Sin embargo, poco antes de comenzar suena la alarma. Ha habido una llamada anunciando un incendio de rastrojos localizado por la zona de El Cobre. Hasta allí se dirigen el cabo, jefe de salida y dos bomberos.

Mientras, todo está preparado ya para el simulacro. Comienza a aparecer humo procedente del sótano. El equipo empieza a bajar las escaleras protegido por un verdugo contra incendios, casco, guantes, linterna, mascarilla y equipo de respiración autónomo: "tenemos un compresor con el que rellenamos las botellas de aire, pero el mismo aire que hay en la calle", indica el jefe de Parque. Previamente, se ha designado quién entra primero y qué material se utiliza. "El bombero tiene que bajar con la manguera en carga por si le viene una deflagración o hay un aumento rápido de calor", añade.

Debe estar protegido, indica Manuel García. Y, sin duda, un aparato indispensable es la cámara térmica. El responsable del Parque explica que "el problema suele ser localizar el incendio". Gracias a este aparato, que discrimina las diferentes temperaturas, se puede localizar no sólo las llamas sino también a una persona atrapada, incluso en algunos casos, el rastro que ha podido dejar si ha cambiado de ubicación. "Esto es muy importante para poder localizar a una persona con vida". En este simulacro, hemos comprobado cómo se ha podido localizar a una "víctima" que estaba en el suelo, en dicho sótano.

Poco después vuelve a sonar la alarma, tras una nueva comunicación desde el exterior, pero se trata de la misma de antes. Más tarde se confirmará que ha sido precisamente en ambos casos "falsas alarmas". Se trataba de la quema de rastrojos. "Aunque creamos que es una llamada poco clara tenemos que ir", añade García.

Otro de los simulacros que van a realizar es la extinción de un incendio en un vehículo. En este caso "no hay víctimas y no hay que hacer rescate", añade García. La autobomba está preparada y de ella se extrae una línea de manguera.

Respecto al uso de agua, Manuel García explica que tanto para un vehículo como para una vivienda no suele ser necesarias grandes cantidades de agua, sí en incendios en naves industriales. Con una autobomba ligera, con capacidad para mil litros, tienen suficiente, si bien también suelen llevar una autobomba pesada (tres mil litros).

Es muy importante, por eso, que los hidrantes de las vías públicas, que están perfectamente localizados y revisados por los bomberos, sean accesibles, es decir que no haya vehículos que obstruyan el paso. "A pesar de que está prohibido aparcar, los ciudadanos a veces no lo tienen en consideración y aparcan encima. Por eso es necesario concienciar a la gente de que dejen los hidrantes libres porque en una emergencia nos hacen mucha falta", añade García. De hecho, los bomberos se surten de los hidrantes para repostar el vehículo mientras están trabajando con el agua.

Otra de las "leyendas" sobre los bomberos apunta a que hacen muchos destrozos cuando tienen que realizar un servicio. Todo depende, señala García, de la urgencia que haya, de si hay posibles víctimas. Hay que actuar rápido y si hay que tirar una puerta se tira, pero "además de velar por las personas también lo hacemos por sus bienes", indica García.

En el siguiente supuesto, el incendio está localizado en una cuarta planta y se puede acceder por una ventana. En este caso se utiliza el coche escala, que permite acceder hasta a 30 metros de altura. Pero no siempre se puede llegar al incendio con la autoescala puesto que o no hay vía, o ésta está obstruida y son casos aislados.

En cualquier caso, para rescatar a una víctima que está inmovilizada porque ha caído a otra planta o está en un saliente o en una terraza, se puede llevar a cabo, como nos demuestran los bomberos, se puede utilizar una escala con camilla. Es otra de las numerosas formas de rescate de un equipo de hombre y mujeres que trabajan al servicio de la sociedad.

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