Cuando las inmigrantes llegan a la comarca, las organizaciones proceden posteriormente a trasladarlas al resto del territorio nacional. Muchas de ellas sufren entonces los abusos de las mafias dedicadas a la explotación sexual. Las reparten por clubes y carreteras de todo el país; y, para retenerlas e impedir que huyan, las amenazan con matarlas y golpearlas -y también a los familiares que dejaron en Nigeria-. A todo ello se le une un factor religioso que utilizan al máximo estas organizaciones de delincuentes: el vudú. Con este tipo de prácticas, atemorizan a sus víctimas, que creen en este tipo de ritos y supersticiones. Una coacción silenciosa que las amedrenta y las convierte en verdaderas esclavas del siglo XXI.

"Si te vienes a este lugar, tienes que pagar sí o sí. Si no pagas mueres [en referencia a que firman una especie de contrato donde hipotecan su alma hasta que abonen la deuda contraída con los tratantes]. Eso pasa de verdad. Te cogen restos de la regla, tus pelos, tus dedos...", relata una de las mujeres víctima de estas tramas.

Hasta tal importancia asciende la presencia de estas organizaciones en el Campo de Gibraltar que, en lo que va de 2011, las fuerzas de seguridad españolas ya han desarticulado tres redes de explotación de mujeres nigerianas con base en Algeciras y ramificaciones por todo el territorio nacional. En total, la Policía Nacional y la Guardia Civil detuvo a 45 personas vinculadas con organizaciones que operaban en esta zona.

De esta forma, el pasado enero se cerró una de las grandes operaciones desarrolladas por los cuerpos de seguridad. Una actuación que comenzó en Algeciras y que se saldó con 14 nigerianos detenidos: dos de ellos en dicha ciudad y el resto en Sevilla, Madrid, Canarias y Cataluña. Los agentes iniciaron sus investigaciones tras conocer en la localidad campogibraltareña el caso de una nigeriana coaccionada por esta red. Los arrestados ofrecían a sus víctimas documentación y certificados falsos para que lograran entrar en España, donde las obligaban a prostituirse.

Ya en febrero, las fuerzas policiales desmantelaron las otras dos redes -una de ellas utilizaba el vudú como modo de amenaza- y liberaron a nueve subsaharianas de entre 21 y 37 años. En ambos casos, las mujeres llegaban a España desde Marruecos. Una de estas tramas traía a las inmigrantes en patera hasta la costa de Algeciras y, una vez en la ciudad, les comunicaba que debían prostituirse para saldar el importe adeudado.