Kemakulo: la salsa picante que nació en Tarifa y conquistó el mundo

De idea loca a mito culinario, esta explosiva mezcla de chile habanero y mango representa el alma de Tarifa y el amor por el detalle. Hoy viaja desde el sur de Andalucía hasta las cocinas más sofisticadas del planeta

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Salsas Kemakulo.
Salsas Kemakulo. / E.S.
G.M.

Tarifa, 03 de agosto 2025 - 17:00

Dicen que los vientos de Levante esculpen el carácter en Tarifa, y parece que debe ser así cuando es justo aquí donde nació una salsa que trasciende el simple concepto de "picante". Kemakulo no es solo una receta; es una declaración de intenciones. Fraguada entre amigos, probablemente entre risas, tapas y algún que otro vino, esta locura tarifeña se ha convertido con los años en un verdadero emblema de sabor, autenticidad y creatividad.

Elaborada artesanalmente con chiles habaneros, la fórmula de Kemakulo combina ingredientes como mango, lima, vinagre de manzana, cebolla, tomate, ajo, mostaza y especias naturales. Todo sin azúcares añadidos, sin sal, sin gluten ni conservantes. El resultado e suna mezcla explosiva, equilibrada, que acaricia y quema a partes iguales. Como dicen ellos: "todo lo que amamos duele un poco".

Kemakulo bebe del alma mexicana —el nombre "chile" proviene del náhuatl, lengua de los aztecas— y encuentra su esencia en el colorido chile habanero, uno de los más potentes del mundo en la escala Scoville, aunque aún lejos de los más extremos como el Carolina Reaper. Aun así, es un fuego controlado, sabroso, casi adictivo.

Detrás de este proyecto se encuentra una historia de amor, hierro y raíces. El creador original, Don Enrique, artista, músico y jardinero de habaneros, sembró la semilla de Kemakulo con pasión y detallismo. Desde 2022, el testigo lo recoge Benjamin Toledo, heredero del fuego y de una infancia entre chiles en Puerto Ángel (Oaxaca), donde se crió entre palapas, hamacas y una dieta repleta de picantes legendarios.

Benjamin ha mantenido intacta la esencia de Kemakulo, continuando con mimo este proyecto que sigue creciendo más allá de las calles de Tarifa. A su alrededor ha surgido toda una comunidad de amantes del picante, artistas y soñadores. Además de la salsa original, han surgido nuevas propuestas como los chutneys y mermeladas picantes —Limbanero y Kumbanero— elaboradas con limequats, kumquats, jengibre y, por supuesto, habaneros.

Pero la historia no acaba aquí. Kemakulo se expande con nuevas creaciones como Komokema y Kelokura, preparadas para unirse pronto a la familia. La receta no cambia: intensidad, calidad y ese punto de locura tan propio del espíritu tarifeño.

Kemakulo no solo se prueba: se vive. Es un pequeño frasco de Tarifa, con todo su viento, sus noches de fiesta y su magia concentrada en forma líquida. Y si te atreves a probarlo, prepárate: el viaje empieza en la boca, pero continúa... en el alma.

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